Claves del acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea

La firma histórica del mayor tratado de libre comercio del mundo traerá profundas implicaciones económicas y políticas para ambas regiones.

Cumbre de Mercosur en Montevideo del 5 y 6 de diciembre de 2024.
Foto: Mercosur

Este viernes se celebró la Cumbre de Presidentes del Mercosur en Montevideo, Uruguay. El evento marcó un momento crucial en las relaciones internacionales entre América Latina y Europa con el anuncio de la firma del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea (UE). Este tratado, que lleva más de 25 años en proceso, finalmente llega a buen puerto tras un largo ciclo de negociaciones, que comenzó en 1995 con un tratado de cooperación, y que, desde 2000, se ha visto marcado por obstáculos diplomáticos y controversias internas en ambas partes.

La firma del acuerdo se celebró con la presencia de líderes clave como el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario argentino Javier Milei, el presidente de Paraguay Santiago Peña y el presidente saliente de Uruguay, Luis Lacalle Pou. A la cita se sumó la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, quien viajó especialmente a Montevideo para confirmar el paso final hacia un acuerdo histórico.

El acuerdo de libre comercio entre estos dos grandes bloques económicos, con 700 millones de consumidores y casi el 25% del PIB global, representa la mayor zona de libre comercio del mundo, según ha recordado la propia presidenta de la Comisión Europea Úrsula Von der Leyen. Este pacto tiene como objetivo, por tanto, reducir barreras comerciales, tarifas arancelarias y facilitar la exportación de productos y servicios entre ambas regiones.

Para varias empresas de América Latina, en particular, el acuerdo abre una oportunidad histórica para consolidar su presencia en las cadenas globales de valor, diversificar sus exportaciones y atraer inversiones, especialmente en sectores clave como la agricultura, la minería y la tecnología. La Comisión Europea anticipa 1,8 mil millones de euros en ayuda financiera para los países del Mercosur, con el supuesto objetivo de “facilitar la transición verde y digital” en estos países de América del Sur, “como puerta de enlace mundial”. Desde esta perspectiva, el acuerdo representa un paso fundamental para los países miembros del Mercosur, hacia una mayor integración económica intra-regional, lo que podría dinamizar el intercambio comercial y fortalecer la competitividad de la región frente a otras economías globales.

El bloque sudamericano, especialmente Brasil y Argentina, ve en este pacto una forma de consolidar una relación estratégica con la Unión Europea, clave para reducir la dependencia hacia mercados “tradicionales”, es decir, EEUU.

Sin embargo, este acuerdo no solo tiene implicaciones económicas, sino también geopolíticas. El bloque sudamericano, especialmente Brasil y Argentina, ve en este pacto una forma de consolidar una relación estratégica con la Unión Europea, clave para reducir la dependencia hacia mercados “tradicionales”, es decir, EEUU. Para la UE, la necesidad de asegurar nuevos socios comerciales en América Latina surge con mayor urgencia tras la invasión rusa a Ucrania, que ha alterado las fuentes de energía y energética alimento en Europa. También influye la rivalidad creciente con China en el ámbito comercial.

En este contexto, la firma del acuerdo permite a la UE reducir su dependencia de fuentes externas de energía, particularmente del gas ruso, y reforzar sus vínculos con América Latina como parte de su estrategia de diversificación económica. No obstante, las tensiones dentro de la UE, particularmente con el Estado francés, han complicado las negociaciones, debido a la preocupación por los efectos del acuerdo sobre los agricultores europeos y, supuestamente, “por los compromisos ambientales de los países del Mercosur en lo relativo a la deforestación de la Amazonía”.

Para superar las diferencias internas, cabe la posibilidad de que la parte comercial del acuerdo se apruebe por mayoría cualificada, mientras que otros aspectos como la cooperación política o “los derechos humanos” deban ser ratificados por los parlamentos de cada estado.

El proceso hacia la ratificación del acuerdo será largo y complicado. Aunque se ha alcanzado un principio de acuerdo, el tratado aún necesita pasar por un proceso de ratificación que podría enfrentar obstáculos en los parlamentos nacionales de los países miembros del Mercosur, así como en el Parlamento Europeo. En este contexto, países como el Estado francés, Polonia y Bélgica han expresado su oposición, con París especialmente activa en buscar una minoría de bloqueo que frene el acuerdo debido a sus preocupaciones sobre los impactos medioambientales y agrícolas.

En contraste, naciones como Alemania, el Estado español y Portugal se muestran firmemente a favor del acuerdo, destacando “los beneficios económicos que este traerá para la UE”, especialmente en términos de reducción de aranceles y acceso a nuevos mercados. Para superar las diferencias internas, cabe la posibilidad de que la parte comercial del acuerdo se apruebe por mayoría cualificada, mientras que otros aspectos como la cooperación política o “los derechos humanos” deban ser ratificados por los parlamentos de cada estado.

Cinco claves del acuerdo

1. Un tratado económico de gran escala
El acuerdo facilita un mercado de bienes y servicios que abarcará a más de 700 millones de consumidores y generará un intercambio comercial de aproximadamente 110.000 millones de dólares anuales entre ambas regiones. Con un PIB global combinado de más de 17 billones de dólares, el pacto abrirá oportunidades significativas para empresas de países del Mercosur, especialmente en Argentina y Brasil, en sectores claves como la agricultura, la minería y la industria.

2. Implicaciones geopolíticas y estratégicas
El acuerdo no solo tiene un impacto económico, sino que también refuerza la posición geopolítica de América Latina frente a las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China. Para la Unión Europea, la firma del tratado significa una forma de diversificar sus relaciones comerciales en un momento de incertidumbre global, especialmente después de la crisis energética derivada de la Guerra de Ucrania.

3. Los desafíos internos de la UE
Aunque la Comisión Europea respalda el acuerdo, diversos países como el Estado francés y Austria se oponen, aludiendo al impacto en la agricultura europea y las “condiciones ambientales”. La negativa francesa, liderada por el presidente Emmanuel Macron, podría complicar la ratificación, aunque se espera que la parte comercial del acuerdo sea aprobada por mayoría cualificada en el Parlamento Europeo, sin la necesidad de un consenso total.

4. El impacto ambiental y la presión sobre el Mercosur
El Acuerdo del Mercosur y la UE ha estado bajo escrutinio debido a los llamados “compromisos ambientales”, especialmente en lo que respecta a la deforestación de la Amazonía. Aunque se ha avanzado en las negociaciones, la UE ha exigido “garantías adicionales en términos de sostenibilidad y protección ambiental”, lo que ha llevado a los países del Mercosur a comprometerse a mejorar sus políticas ambientales y adoptar medidas para mitigar los riesgos de la deforestación.

5. El futuro de la integración regional
Para el Mercosur, el acuerdo con la UE representa una oportunidad para consolidar su integración interna y aumentar la competitividad de sus economías en el contexto global. Sin embargo, la propuesta del presidente argentino Javier Milei de “flexibilizar las reglas de consenso del bloque” para negociar tratados comerciales individuales con otros países podría generar tensiones dentro de la alianza, particularmente con el presidente brasileño Lula da Silva, quien aboga por “mantener la unidad del Mercosur en las negociaciones internacionales”.

El acuerdo, aunque histórico, es tan solo el inicio de un largo proceso de ratificación y adaptación a nivel nacional e internacional. Sin embargo, marca un paso fundamental hacia la consolidación de una alianza estratégica entre dos de las regiones más importantes del mundo. La relación entre el Mercosur y la UE, que ya ha resistido más de dos décadas de negociaciones, está a punto de entrar en una nueva fase de cooperación comercial y política que podría cambiar el rumbo de la economía global en los próximos años.


Fuentes

Comunicado Conjunto de los Presidentes de los Estados Partes del MERCOSUR y Estados Asociados (MERCOSUR).

Presentación sobre el MERCOSUR y su Política de Cooperación Internacional (MERCOSUR).

EU and Mercosur reach political agreement on groundbreaking partnership (Comisión Europea).