Sánchez preside el acto inaugural por los 50 años de la muerte de Franco

La conmemoración en el Museo Reina Sofía busca legitimar “la transición democrática” en el Estado español, con la ausencia de PP, Vox y Felipe VI.

Pedro Sánchez conversa con Juan Carlos I conversa y con el ex presidente Felipe González, en un acto del Congreso de los Diputados en 2019.
Foto: Casa de S.M. el Rey

El Gobierno español, presidido por Pedro Sánchez, inaugura este miércoles los actos conmemorativos bajo el lema España: 50 años en libertad, que celebra “el fin” del régimen franquista y el inicio de “la Transición hacia la democracia”. Refuerza así el relato oficial sobre la Transición que se ha establecido en el Estado español en las últimas cinco décadas. Diferentes estudios datan hasta 200 casos de asesinatos impunes a manos de las fuerzas policiales, parapoliciales y de extrema derecha entre 1975 y 1982. Los expertos que han llevado a cabo los estudios destacan que la democracia española “se fundó sobre el olvido y la impunidad” de estos crímenes vinculados a la represión, proyectando una imagen de “un proceso de transición limpio y sin sobresaltos”.

En el evento celebrado en el Museo Reina Sofía, Sánchez destaca “la importancia de recordar los 50 años de democracia”, como “una transformación fundamental para el país” y subrayando que esta conmemoración busca consolidar “la defensa de la libertad frente al totalitarismo”. En la jornada, la historiadora Carmina Gustrán, comisionada para coordinar los actos, detalla las actividades programadas para todo el año, destacando la colaboración de distintos sectores de la sociedad civil en el lavado de cara de la Transición.

La cita está marcada por la notable ausencia del rey Felipe VI, quien no pudo asistir, supuestamente, “debido a su compromiso con la ceremonia de recepción de embajadores en el Palacio Real”. Desde la Moncloa, indican que el monarca participará en otros eventos relacionados con la conmemoración de la Transición. Sin embargo, la celebración no ha contado con la presencia de los principales partidos de la oposición. Tanto el PP como Vox expresaron su rechazo a los actos, argumentando que “la conmemoración desvíaba la atención de los problemas actuales”. El portavoz del PP, Borja Sémper, acusó al presidente Sánchez de “usar la figura de Franco para desviar el foco de la política actual”, mientras que Vox lo califica de “necrofilia absurda”.

Además, un manifiesto firmado por intelectuales y expolíticos de derechas critica al Gobierno por lo que consideran “una celebración guerracivilista”. Los firmantes denuncian que la memoria histórica y la figura de Franco “están siendo utilizadas para fomentar una división innecesaria entre los españoles”. Por su parte, el ministro de Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, defendió la conmemoración como “un reconocimiento al éxito colectivo de la democracia, instando a la oposición a unirse en la celebración de la libertad”.