Rumanía ha fijado el 4 de mayo como la fecha para la repetición de sus elecciones presidenciales, anuladas tras la primera vuelta en noviembre de 2024 debido a “preocupaciones sobre posibles interferencias externas y financiamiento irregular en las campañas”. No obstante, Călin Georgescu, quien sorprendió con una victoria en la primera vuelta impulsado por una estrategia enfocada en las redes sociales, sigue siendo una figura central. El candidato de la extrema derecha enfrenta acusaciones de “ataque híbrido ruso” y sobre supuestas ilegalidades en su financiamiento electoral. Según Politico, el Tribunal Constitucional podría determinar su elegibilidad antes de los comicios.
Georgescu ha centrado su discurso en cuestionar a las élites políticas tradicionales, acusándolas de “manipular el sistema para anular los resultados y frenar su candidatura”. De hecho, la decisión de los tribunales rumanos ha sido cuestionado desde un punto de vista democrático. Como apuntaba la analista Nahia Sanzo en Diario Socialista, “de un plumazo, y sin más evidencia que lo que dicen los servicios secretos, que no pueden considerase precisamente una fuente imparcial, se ha dicho a la población rumana que ha sido manipulada y por eso ha votado mal”.
El mensaje ha resonado de forma desigual entre los votantes rumanos. Algunos, que dan crédito al discurso oficial, apoyan a Crin Antonescu como su candidato unificado. Antonescu, exlíder del Senado y figura conocida en la política profesional rumana tradicional, busca recuperar la confianza en las instituciones frente a un electorado fragmentado y un contexto de incertidumbre. Los seguidores de Georgescu, en cambio, podrían sentirse agraviados por la anulación del resultado y las acusaciones vertidas, movilizándolos aún más.
Con el trasfondo de estas tensiones, las próximas elecciones son vistas como un punto de inflexión para Rumanía. Más allá de las controversias, los comicios pondrán a prueba la capacidad del país para abordar las demandas de transparencia y representatividad que han emergido con fuerza. La repetición del proceso también abre un debate sobre las “elecciones libres” y “las injerencias externas”, especialmente en un escenario político cada vez más competitivo.
Redes sociales en Rumanía
Las redes sociales desempeñan un papel cada vez más importante en el panorama político de Rumanía. Plataformas como Facebook y TikTok son las más influyentes, especialmente entre los jóvenes y sectores urbanos. TikTok, en particular, ha sido clave en la estrategia de Georgescu, permitiéndole conectar con votantes a través de mensajes directos y virales que desafían las formas y los contenidos de las campañas tradicionales. Mientras tanto, Facebook sigue siendo una herramienta importante para movilizar a comunidades más amplias, tanto en zonas rurales como urbanas, y para transmitir mensajes oficiales de los principales partidos.