La demanda alemana de gas ruso a través de puertos europeos se dispara pese a las restricciones

Alemania compra GNL ruso a través de del Estado francés y Bélgica, complicando los esfuerzos de la UE por eliminar los combustibles fósiles rusos.

Estación de gas de Lubmin, Mecklenburgo, Pomerania Occidental.
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Alemania está importando cantidades significativas de gas natural licuado (GNL) ruso a través de otros países de la Unión Europea, a pesar de haber prohibido las importaciones directas de combustible ruso. Según un informe de varias ONG belgas, alemanas y ucranianas, recogido por Financial Times, la empresa energética estatal alemana Sefe adquirió 58 cargamentos de GNL ruso en 2024 a través del puerto francés de Dunkirk, más de seis veces la cifra registrada en 2023. Este fenómeno subraya la complejidad de rastrear el origen del gas en el mercado energético europeo, o la imposibilidad de sostener el sistema productivo sin los combustibles fósiles rusos, según por dónde se mire.

La UE se ha fijado el objetivo de eliminar gradualmente todas las importaciones de energía rusa para 2027, pero las importaciones de GNL ruso alcanzaron un récord en 2024. Aunque solo alrededor del 10 % del gas transportado por gasoductos procedía de Rusia, el GNL no ha sido objeto de sanciones. Alemania, que prohibió las importaciones directas de GNL ruso en noviembre de 2024, sigue recibiendo entre el 3 % y el 9,2 % de su suministro de gas a través de otros países de la UE, según el informe. “Alemania ha prohibido la importación de GNL ruso en sus puertos, pero las importaciones procedentes de Francia y Bélgica incluyen GNL ruso, lo que efectivamente blanquea su origen”, señala Angelos Koutsis, de la organización belga Bond Beter Leefmilieu.

La falta de transparencia en el mercado interno de gas de la UE ha dificultado la identificación del origen del combustible. Por ejemplo, el gas transportado desde puertos belgas suele etiquetarse como “gas belga” en las bases de datos alemanas, a pesar de que Bélgica no produce gas. Sefe, que tiene un contrato a largo plazo con Yamal LNG, un proyecto ruso liderado por Novatek, afirmó que “una vez que el gas entra en la red europea, no es posible rastrear su origen”. Mientras tanto, el Estado francés y otros nueve miembros de la UE han pedido “mayor transparencia” en las importaciones de GNL ruso, pero la complejidad del mercado interno y la estructura económica dificulta la implementación de medidas efectivas.