El recién autoproclamado presidente de Siria, Muhammad Al-Jolani, ha visitado Arabia Saudita este domingo, en lo que supone su primer viaje internacional tras la caída de Bashar Al-Assad. Al-Jolani, líder del grupo salafista insurgente Hayat Tahrir Al-Sham, que tomó el control de Damasco en diciembre de 2024, destacó “la importancia de establecer una colaboración real” con el Reino Saudí para la “reconstrucción” de Siria. La visita, en la que el exmiembro de Al Qaeda se reunió con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salman, pone de manifiesto el cambio en la política exterior siria, que se aleja de su antiguo aliado Irán y se orienta hacia los países del Golfo, especialmente Arabia Saudita.
Como curiosidad, el presidente interino sirio, al igual que gran parte de la cohorte de miembros de Al Qaeda, pasó su infancia en Riad, cuna del salafismo. Al-Jolani señaló que durante esta visita ha percibido “un genuino deseo” de apoyo por parte de Arabia Saudita para la siguiente fase de “reconstrucción” en Siria. Según fuentes oficiales sirias y saudíes, los dos líderes mantuvieron discusiones sobre cooperación en diversas áreas, como la humanitaria y la económica. Esta visita se enmarca dentro de una serie de encuentros diplomáticos que han tenido lugar en Damasco desde la caída de Assad, con la participación de diplomáticos de Europa, Estados Unidos, Rusia y los países del Golfo, quienes buscan establecer relaciones con el nuevo gobierno sirio encabezado por los salafistas.
La visita también refleja el cambio en la dinámica de poder en la región. Después de más de una década de conflicto, que ha enfrentado a Siria con potencias regionales como Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos, el derrocamiento de Assad ha abierto la puerta a nuevas alianzas. Arabia Saudita, que había sido un firme opositor de Assad y aliado regional de EEUU, ve ahora en la nueva administración una oportunidad para restablecer su influencia en Siria, reduciendo el peso de Irán en la región. En este contexto, la visita de Al-Jolani es un paso significativo en su esfuerzo por redefinir la política exterior siria tras la caída de un importante bastión del Eje de la Resistencia en Oriente Medio.