La Unión Europea está buscando incluir al Reino Unido y Noruega en una “coalición de los dispuestos” para mejorar el armamento continental, aislando a los países neutrales y a aquellos con posturas percibidas como “pro-rusas”. Este movimiento se produce en medio de crecientes presiones, como la guerra en Ucrania y las exigencias de Estados Unidos de que Europa asuma “un papel más activo en su propia seguridad”. En una cumbre que se celebrará este mismo lunes en Bruselas, los líderes de la UE, incluidos el primer ministro británico Keir Starmer y el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, discutirán cómo compartir los enormes costos de rearmar el continente y aumentar sus capacidades militares.
La propuesta de esta coalición busca superar las dificultades de financiamiento para una militarización común, con una estimación de más de 500 mil millones de euros necesarios. Las discusiones han evidenciado diferencias internas dentro de la UE, con países como Alemania y el Estado francés enfrentándose a potencias más neutrales como Austria o Irlanda. Para abordar la brecha financiera, se propone el uso del Banco Europeo de Inversiones, lo que permitiría una mayor inversión en capacidades militares a través de la emisión de bonos. De esta manera, se pretende integrar a los países clave de la OTAN en una alianza más amplia para fortalecer la escalada belicista.
Aunque aún existen divergencias sobre cómo coordinar los esfuerzos y financiar los proyectos, pero los líderes europeos han coincidido en “la necesidad de aumentar la producción y coordinación de armamentos en el continente”. Durante una reunión reciente, Starmer y Scholz destacaron “la importancia de fortalecer la industria de defensa europea”. Sin embargo, la creación de esta coalición y la coordinación efectiva de los esfuerzos de defensa serán temas clave en las conversaciones de la cumbre, que también definirán el futuro de Europa.