La frontera entre Estados Unidos y México es un punto de conexión diaria para miles de trabajadores que se desplazan de un lado a otro para cumplir con sus jornadas laborales. En ciudades como El Paso, Texas, y Ciudad Juárez, México, miles de trabajadores cruzan cada día para sus labores en diversas industrias, incluyendo la fabricación de componentes como arneses de cables y electrodomésticos. Según datos de una encuesta recogidos por el Wall Street Journal, casi 12.000 personas cruzan a diario desde México hacia El Paso. Para Gustavo Farell, presidente de Cesar-Scott, que tiene plantas en ambas ciudades, “el puente es simplemente eso, un puente”, un símbolo de la fluidez económica que caracteriza a la región fronteriza.
El acuerdo entre México, Canadá y Estados Unidos, conocido como T-MEC, ha facilitado el intercambio de productos y componentes entre estos países, creando una interdependencia laboral y económica mutua. Sin embargo, la amenaza de aranceles impuestos por la administración de Donald Trump ha generado incertidumbre en las empresas de la región, que temen que estas tarifas puedan afectar gravemente la producción y el empleo en las zonas fronterizas. A pesar de los desafíos, los trabajadores que cruzan la frontera disfrutan de salarios superiores a los de México, con tarifas que van de 10 a 12 dólares la hora en El Paso, frente a los 2,50 dólares por hora del salario mínimo en la región mexicana.
El cruce diario presenta desafíos logísticos y de tiempo, con largas esperas en los puentes, especialmente durante las horas punta. Trabajadores como Alondra Sánchez, quien cruza desde Juárez a El Paso cada mañana a las cuatro de la mañana, reconocen las dificultades pero también las ventajas. “Es cansado a veces, pero hay otras compensaciones”, comenta Sánchez, destacando que ganar en dólares y gastar en pesos es una de las grandes ventajas para los trabajadores mexicanos que venden su fuerza de trabajo en EEUU. Este sistema ha ayudado a mantener una economía fronteriza activa, donde las relaciones laborales y la movilidad son claves para la economía de la región.