Las elecciones anticipadas del próximo 23 de febrero en Alemania se perfilan como un momento clave para el futuro político del país y el continente europeo. Los últimos sondeos mostrando un claro repunte de los conservadores de la CDU, liderados por Friedrich Merz. Según los últimos sondeos de GMS y Allensbach, el bloque conservador democristiano alcanzaría entre el 29% y el 32% de los votos, seguido por la ultraderecha de Alternativa para Alemania (AfD), que duplicaría su apoyo, llegando al 20-22%. Por otro lado, el Partido Socialdemócrata (SPD) de Olaf Scholz vería un retroceso significativo, cayendo hasta un 14-16%. A pesar de la clara victoria de los conservadores, la cuestión de quién se aliará con ellos para formar gobierno es aún incierta, ya que la ultraderecha se presenta como un factor clave.
En las últimas semanas, la tendencia de los sondeos ha sido estable, pero los analistas consideran que la fragmentación política podría complicar las negociaciones para formar un gobierno de coalición. En este sentido, Merz ha dejado claro que “no tiene intención de formar una alianza con AfD”, aunque habrá que verlo, ya que la ultraderecha se perfila como un actor con creciente relevancia. Según apunta en EFE Antonios Souris, del Instituto Otto Suhr de Ciencias Políticas, “sería difícil hallar una solución que permita salvar la cara” entre los partidos tradicionales después de las elecciones. Esto se debe a las tensas discusiones sobre la migración, donde la ultraderecha ha logrado imponer su agenda, complicando un pacto con los Verdes, quienes han sido los socios de coalición de los socialdemócratas en el gobierno actual.
El futuro del gobierno parece depender de si la CDU se alía con los socialdemócratas o con los Verdes. La posibilidad de una “gran coalición” entre conservadores y socialdemócratas es una opción mencionada por Merz, quien espera que los socialdemócratas “entren en razón” y se comprometan a un acuerdo en materia económica y migratoria. Sin embargo, la polarización sobre estos temas, especialmente la postura hacia la ultraderecha, dificultaría una coalición estable, lo que obliga a los partidos a estudiar otras combinaciones. A pesar de esto, las proyecciones también sugieren que los Verdes, con Robert Habeck al frente, podrían quedar relegados a un cuarto lugar, con una caída desde el 14,7% de 2021 al 12-13% en estos comicios.
En el contexto de la Ley Electoral implementada en 2023, partidos como la CSU o Die Linke, que lograron varios escaños en 2021, podrían quedar fuera del Bundestag si no cumplen con los requisitos de obtener al menos el 5% de los votos en la segunda votación o tres escaños en distritos uninominales. La situación se complica aún más con la incertidumbre en torno a la representación de los partidos más pequeños, como el liberal FDP y la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), que aún no tienen asegurado su acceso al Parlamento. La incertidumbre, junto con la fuerte fragmentación, las tensiones en torno a la migración y la clara influencia de EEUU hace que las negociaciones para formar una coalición de gobierno en Alemania sean más inciertas que nunca.