Silicon Valley se alinea con Trump para abrir brecha en las regulaciones tecnológicas de la UE

Grandes empresas tecnológicas estadounidenses buscan suavizar las leyes europeas sobre inteligencia artificial y el dominio de mercado, apoyadas por la administración Trump.

Ilustración de Meta y la UE.
Foto: Pavlo Gonchar/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Silicon Valley está incrementando su presión contra las nuevas regulaciones tecnológicas de la Unión Europea, con el apoyo explícito de la administración Trump, que respalda los intentos de grandes empresas como Meta para suavizar las leyes sobre inteligencia artificial (IA) y el control de los gigantes digitales. Según recoge Financial Times de fuentes cercanas al proceso, Meta lidera la oposición a la Ley de IA de la UE, considerada la más estricta a nivel mundial, donde busca limitar la aplicación de la Ley de Mercados Digitales (DMA) que pone algunos frenos al abuso de poder abierto de las plataformas online.

La administración Trump ha respaldado abiertamente estos esfuerzos, con el vicepresidente JD Vance criticando las “reglas internacionales onerosas” de la UE y abogando por una regulación de la IA “que no frene el crecimiento del sector”. Además, la presión de las grandes tecnológicas, incluyendo a Meta, Google y Apple, se ha intensificado después de que la Comisión Europea suspendiera su propuesta sobre la Directiva de Responsabilidad de la IA, algo que se interpretó como “una concesión a las demandas de Estados Unidos para evitar restricciones que podrían frenar las inversiones en IA”.

El grupo Meta ha sido especialmente explícito en su oposición, destacando que no firmará el Código de Prácticas voluntarias de la UE por considerarlo “impracticable” y asegurando que “las estrictas regulaciones de privacidad en Europa impiden el desarrollo de herramientas avanzadas de IA”. Desde la llegada de Trump al poder, las tecnológicas estadounidenses se sienten más respaldadas y ven una oportunidad de influir en la política de la UE, que ha comenzado a revisar las investigaciones y sanciones a los gigantes digitales como resultado de la presión política.

A pesar de los intentos de Silicon Valley por influir en las políticas europeas, Henna Virkkunen, comisionada de la UE para el ámbito digital, reafirmó “el compromiso de Bruselas con sus normativas”, advirtiendo que “la presión de los lobbies no cambiará el enfoque regulatorio europeo”. No obstante, al igual que en las cuestiones del gasto militar, algunos analistas ven con escepticismo que la UE pueda aguantar ante las demandas de las tecnológicas estadounidenses, lo que podría debilitar aún más la posición de Europa en futuras negociaciones globales y dejarla expuesta a influencias directas de las megacorporaciones tecnológicas sobre sus procesos políticos y sociales.