El Ministerio de Hacienda y el de Trabajo del Gobierno español han cerrado un acuerdo para eximir del IRPF en 2025 a los trabajadores que perciban el salario mínimo interprofesional (SMI), una medida que se aplicará mediante una deducción en la cuota del impuesto.
La decisión llega tras un pulso entre ambas carteras que ha estado a punto de romperse la noche anterior, según denunció la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, había planteado inicialmente que los perceptores del SMI comenzaran a tributar, pero finalmente se ha acordado que queden exentos.
El pacto se ha alcanzado pocas horas antes de que venciera el plazo para que el Ejecutivo vetara una proposición de ley presentada por Sumar con el mismo objetivo. Desde esta formación han confirmado a RTVE que retirarán su iniciativa tras el acuerdo.
Sin embargo, la medida se aplicará solo durante el próximo ejercicio, sin garantías de que se mantenga en los siguientes. Mientras tanto, Moncloa mantiene sin cambios los tramos del IRPF a pesar del aumento de la inflación, un fenómeno conocido como “progresividad en frío” que incrementa la recaudación fiscal sin necesidad de subir los tipos impositivos.
Esto sucede cuando los impuestos no se ajustan a la subida de precios: si los sueldos suben por la inflación pero los límites que marcan cuánto hay que pagar en impuestos no cambian, muchas personas acaban pagando más al Estado sin haber ganado más en términos reales. Es decir, aunque su salario aumente, su poder de compra sigue igual o incluso peor, pero les retienen más dinero en impuestos. Esto hace que el Gobierno recaude más sin necesidad de subir oficialmente los impuestos.
Según cálculos del Instituto de Estudios Fiscales, desde 2021 la falta de actualización del IRPF ha supuesto una recaudación extra de cerca de 9.750 millones de euros, afectando especialmente a quienes perciben salarios ligeramente superiores al SMI.
La presión fiscal sobre estos contribuyentes ha aumentado de manera significativa, absorbiendo en gran parte el impacto de la exención acordada para el salario mínimo. Aunque la medida anunciada hoy beneficiará relativamente a los trabajadores con menores ingresos, el diseño del sistema tributario sigue favoreciendo un aumento de la recaudación sin una reforma explícita que compense el efecto de la inflación.