El Banco Central Europeo (BCE) recortó este jueves sus tipos de interés hasta el 2,25 %, citando un empeoramiento de las condiciones económicas en la eurozona. La presidenta del organismo, Christine Lagarde, advirtió que “las perspectivas económicas están nubladas por una incertidumbre excepcional” y que el impacto del proteccionismo comercial está afectando tanto al crecimiento como a las previsiones de inflación. Durante su comparecencia, subrayó que la institución ve señales claras de un “choque negativo de demanda”, especialmente por la ralentización del comercio global y la caída del consumo y la inversión.
Lagarde mencionó la escalada arancelaria entre Estados Unidos, China y otros actores como un factor clave de preocupación para el BCE. “El aumento de las disrupciones en el comercio global está añadiendo más incertidumbre”, señaló, destacando también el riesgo de una reorientación de exportaciones hacia Europa desde países con exceso de capacidad, como China, lo que podría presionar aún más los precios. La presidenta insistió en que “no hay mejor momento para ser dependientes de los datos” y que el BCE debe actuar con “preparación y agilidad” ante posibles nuevos choques económicos.
Pese al deterioro del entorno, Lagarde aseguró que no se discutieron nuevos estímulos, pero reiteró que el BCE “adoptará la postura y decisiones adecuadas” para cumplir con su mandato. También instó a los gobiernos europeos a reforzar su papel mediante reformas “estructurales y políticas fiscales que mejoren la competitividad y resiliencia económica”. La comparecencia, recogida por Reuters, marca un giro más en las reservas del BCE en un momento de creciente presión geopolítica y fragmentación comercial global.