Cuentas y financiación del PCE

A pesar de que el análisis se haya centrado en el PCE, se hace patente una imposición de corte económico que orienta la política profesional.

Foto: @Arteka_Gedar (X)

Reportaje originalmente publicado en la revista Arteka nº59.

Introducción

La subsistencia de los partidos políticos institucionales, hoy en día, está exclusivamente asegurada gracias a la financiación pública que reciben, en sus diferentes formas, por parte del Estado. Según el Tribunal de Cuentas del Estado, dicha financiación ya alcanza, en promedio, en torno a un 80% de los ingresos totales de los partidos mayoritarios, mientras que la financiación propia ha caído a valores despreciables.

Ya en primera instancia, son esclarecedores los 555 millones de euros de financiación pública directa recibidos por los partidos políticos en los años 2018 y 2019, coincidiendo con la campaña electoral de ese último año, que fueron indispensables a la hora de cubrir el gigantesco despliegue propagandístico, así como los gastos de la actividad del día a día.  No es de extrañar, por tanto, la dependencia que generan estos mecanismos, haciendo acopio de una única forma institucional de llevar a cabo prácticas políticas bajo las estrictas normas de la formalmente llamada “democracia actual”. 

Cabe destacar, también, que la normativa regula las aportaciones económicas privadas en un vago intento de que la relación entre el capital privado y el poder político no se muestre de manera tan explícita, al menos en el ámbito electoral.

En el caso que ocupa a este estudio, se pretende arrojar algo de luz acerca de las cuentas económicas en el caso particular del ala situada más a la izquierda del espectro político institucional, para poder entender qué grado de dependencia alcanzan a tener del dinero público o privado, cuánto beneficio obtienen de la actividad que llevan a cabo como partido, o la composición misma de los gastos e ingresos. Todo ello con el objetivo de entender mejor una faceta económica de la asimilación y deriva reformista inevitable que muestran partidos que, como el Partido Comunista de España (PCE), parten de objetivos teóricamente emancipadores, pero se limitan a ser partícipes de la torpe gestión de un capitalismo al que quieren poner una cara más amigable. 

Metodología y marco conceptual

Para realizar el estudio se ha recopilado la información pública que ofrecen tanto el PCE como Izquierda Unida (IU) en su portal de transparencia, y se han desglosado y comparado las categorías de “ingresos” y “gastos” que figuran en las memorias económicas anuales. Para cuestiones puntuales acerca de otros partidos, se ha visitado el portal Gardena. Se ha considerado indicado estudiar los documentos correspondientes a los años comprendidos entre 2017 y 2023 para poder comprender también las fluctuaciones en la actividad económica en los periodos electorales de 2019 y 2023.

Las categorías analizadas se presentan de la siguiente manera: 

1. Ingresos

1.1. Ingresos de origen público

1.1.1. Subvención anual para gastos de funcionamiento 

1.1.2. Aportaciones de grupos parlamentarios

1.2. Ingresos de origen privado

1.2.1. Ingresos de afiliados, adheridos y simpatizantes

1.2.2. Donaciones, legados y otros

2. Gastos

2.1. Sueldos y salarios

2.2. Servicios externos y otros gastos

3. Resultados

Cabe destacar que, en posibles comparaciones con la actividad de otros partidos que se presentan a los comicios de manera independiente, pueden verse diferencias presupuestarias en momentos puntuales. Se observa que, en el periodo estudiado, el PCE ha afrontado las campañas electorales bajo la federación de Izquierda Unida, en coalición con Unidas Podemos para el año 2019 y con Sumar en 2023. Los efectos de esa participación en coalición, aunque no son objeto central de estudio, se plantean en sus correspondientes puntos a lo largo del texto.

En el marco jurídico, se han consultado las leyes correspondientes a la regulación de la financiación tanto pública como privada (principalmente la Ley Orgánica 8/2007 de 4 de julio, sobre financiación de los partidos políticos) simplemente a titulo complementario y para poder aportar exactitud en las definiciones.

Por último, cualquier dato estadístico que no figure explícitamente en las fuentes citadas ha sido calculado basándose estrictamente en la información proporcionada por las propias fuentes.

Descripción y análisis de los datos económicos

1. Ingresos

Se observa que entre los años 2017 y 2023 la organización ha percibido 3.917.342,67 euros de origen público y otros 9.247.038,18 clasificados como de origen privado, dejando de lado saldos positivos provenientes de las enajenaciones patrimoniales o de carácter excepcional, que son tratados de manera diferenciada. Se deducen por tanto un total de 13.164.380,85 euros en ingresos limpios referidos estrictamente a la actividad ordinaria en el periodo estudiado, con una proporción de aproximadamente el 30% de dinero público y 70% proveniente de ingresos privados. 

En principio, estas cifras mostradas parecen diferir de la tendencia general de los partidos mayoritarios, ya que, si se tienen en cuenta datos previos a las elecciones de 2023, se ven datos tales como que el 83% de la financiación del Partido Popular tenía origen público, al igual que el 68% en el caso del PSOE. Aun así, como se verá de manera más desarrollada más adelante, la financiación de fuentes denominadas como privadas esconde partidas provenientes de las arcas públicas. También cabe mencionar que Izquierda Unida, federación bajo la que el PCE lleva a cabo la mayor parte de su actividad institucional, ha mantenido, de media, más de un 60% de financiación pública directa desde el 2017.

Respecto a la variabilidad año a año de la financiación pública/privada, se ve que desde 2019 el partido ha estabilizado sus ingresos privados, pero muestra en cambio una tendencia a la baja en cuanto al dinero público que recibe, llegando a declarar en 2023 prácticamente la mitad del dinero público que en 2020.

El PCE, al no contar con participación propiamente dicha en los órganos institucionales, recibe cantidades que varían considerablemente de año a año, probablemente en función de lo establecido internamente tanto con IU, como con los partidos con los que se presenta en coalición.

1.1. Ingresos de origen público

Como se ha mencionado anteriormente, suponen el mayor sustento económico de los partidos políticos y la cantidad recibida varía casi exclusivamente según la representación institucional. La única excepción se da en la categoría de subvenciones extraordinarias, pero se omite su análisis debido a su carácter puntual y a que representa un 1,88% de la cuantía total.

1.1.1. Subvención anual para gastos de funcionamiento

Es una partida económica que se fija en los presupuestos generales y se otorga directamente a los partidos para su gestión. Los criterios de asignación se asocian a diferentes aspectos relacionados con la representación institucional de cada partido y los mejor instaurados en las instituciones acostumbran a financiar gran parte de su actividad mediante este tipo de subvención. 

Por poner un ejemplo, el PSOE, partido que más dinero recibe al año mediante este tipo de financiación, obtuvo 36 millones de euros solo en 2022, lo que supone más del 40% de su financiación total en dicho año. 

Por el contrario, el PCE, al no contar con participación propiamente dicha en los órganos institucionales, recibe cantidades que varían considerablemente de año a año, probablemente en función de lo establecido internamente tanto con IU, como con los partidos con los que se presenta en coalición (Podemos y Sumar). Como resultado de todo ello, sale una cuenta total de 3.158.986,04 euros recibidos en los siete años estudiados, con la peculiaridad de que tanto en 2017 como en 2023 la cuantía de esta subvención ha sido nula. Es interesante ver que, a pesar de la escueta representación directa del PCE, el 80,64% de toda la financiación pública directa recibida proviene exclusivamente de esta ayuda, lo cual deja de manifiesto lo lucrativo que puede resultar para un partido ceñirse a conseguir la máxima representación institucional posible. 

Para concluir con este apartado, también cabe mencionar que IU, por su parte, mantiene estables durante los últimos años los ingresos recibidos mediante esta ayuda, en cifras comprendidas entre 1,6 y 2,7 millones de euros anuales. 

1.1.2. Aportaciones de grupos parlamentarios

Esta categoría engloba las cuantías concedidas y gestionadas por las cámaras o instituciones donde un grupo tiene representación. A diferencia de las subvenciones mencionadas anteriormente, estas las gestionan los órganos propiamente dichos y sirven para financiar actividades directamente relacionadas con las actividades parlamentarias. De esta manera, son únicamente beneficiarios de esta ayuda aquellos que participan directamente en los marcos que las gestionan.

Dicho esto, no es de extrañar que, a pesar de que para la mayoría de partidos supone la segunda mayor cantidad de dinero recibida de cara a la financiación, el PCE declara haber recibido solamente 484.630,29 euros, de los cuales el 97% se concentra en el 2023, probablemente a cambio de no recibir la subvención para gastos de funcionamiento.

Por su lado, IU declara haber recibido casi 27 millones en los siete años contabilizados, convirtiéndose en la principal fuente de financiación del grupo por una amplia diferencia. Esas cantidades permiten a IU, y al PCE de manera indirecta, financiar la mayoría de su actividad parlamentaria.

Es llamativa la variabilidad de la cantidad anual recogida en el apartado de “ingresos de afiliados, adheridos y simpatizantes”, ya que cabría esperar una base militante sólida y estable, puesto que hablamos de un partido que recibe menos ayudas públicas que la media

1.2. Ingresos de origen privado

Los ingresos considerados como de origen privado son aquellos que provienen de donaciones de particulares o entidades privadas, cuotas de afiliados, percepciones de cargos públicos, rendimientos de su patrimonio y demás recursos que no proceden de manera directa y explícita de la financiación pública. 

Por lo general, las cuantías más relevantes en este aspecto suelen provenir tanto de las afiliaciones como de las aportaciones de los cargos públicos del partido, aunque es común, a la hora de presentar las cuentas, englobar ciertas actividades en la ambigüedad de la categoría de “otros gastos de gestión corriente”. Precisamente, en el caso que nos ocupa, este último apartado toma cierta relevancia.

1.2.1. Ingresos de afiliados, adheridos y simpatizantes

La aportación económica de la base militante del PCE al partido ha sido, en todos los años estudiados, de 2.532.412 euros; un 20,93% de la financiación total.  

Es llamativa la variabilidad de la cantidad anual recogida en este apartado, ya que cabría esperar una base militante sólida y estable, puesto que hablamos de un partido que, por razones citadas anteriormente, recibe menos ayudas públicas que la media.  Se percibe un punto de inflexión entre 2018 y 2019, ya que se pasa del valor mínimo de la serie (125.052,81 euros recaudados en cuotas) al valor máximo en los últimos años (531.086,06 euros), multiplicando más que por cuatro la cantidad recaudada. 

Aun así, tras ese cambio –probablemente impulsado por lo que quedaba de la celebración de su vigésimo congreso en el 2017 y las elecciones de 2019–, dicha cifra ha ido decayendo en la misma medida que su militancia. Para 2023, la cantidad de cuotas recogidas cae aproximadamente un 30%, mientras que, desde la celebración del mencionado congreso hasta el centenario del partido en 2022, reduce el número de afiliados desde los 10.500 hasta los 7.700, aproximadamente. 

Por su parte, las aportaciones de afiliados y cargos públicos, aunque sujetas a cambios, se mantienen en valores anuales comprendidos entre 150.000 y 225.000 euros, a excepción del 2019, que vuelve a despuntar con 307.983,00 euros, lo que evidencia una clara apuesta económica para ese mismo año.

En total, en este apartado se recoge el 11,43% de la financiación total del partido. Una financiación que, a pesar de contabilizarse como privada, corresponde en gran medida a sueldos de cargos públicos, que se pagan directamente desde las arcas públicas. Por tanto, se puede considerar en cierta manera financiación pública indirecta al igual que lo hacen varios analistas. 

1.2.2. Donaciones, legados y otros ingresos privados

Se registra que el 7,89% de la financiación del partido se deriva de donaciones o legados, lo cual es más común en partidos con mayor recorrido. A pesar de ello, registra números ligeramente más altos que los partidos mayoritarios.

Una cantidad en absoluto despreciable es la que se encuentra en la categoría de otros. De media, los ingresos encasillados en este apartado representan más de un tercio (36,61%) de la financiación total.  

Estas cifras destacables en la categoría de otros ingresos de gestión podrían obedecer a varios factores. En primer lugar, es posible que buena parte de ese incremento responda a aportaciones de militantes o simpatizantes en momentos de especial relevancia política, como ocurrió en 2019 con el impulso interno a las contribuciones económicas. Por otra parte, no puede descartarse que ciertos incrementos significativos se deriven de mecanismos de transferencia o apoyo financiero por parte de Izquierda Unida, así como de las formaciones con las que ha confluido más recientemente (Podemos o Sumar). 

En cualquier caso, sin acceder a la información de los balances detallados o la contabilidad interna, resulta complejo conocer con exactitud el origen de esas partidas; lo que sí se observa es que, tanto en 2022 como en 2023, el PCE ha logrado sumar prácticamente la misma cantidad de dinero “extra” que en los cinco años anteriores, señal de la existencia de fuentes de financiación privada que irrumpen de manera puntual. 

En el apartado de “ingresos de afiliados, adheridos y simpatizantes” se recoge el 11,43% de la financiación total del partido. Una financiación que, a pesar de contabilizarse como privada, corresponde en gran medida a sueldos de cargos públicos, que se pagan directamente desde las arcas públicas.

2. Gastos

Los gastos de gestión ordinaria se dividen en varios apartados: en primer lugar, los de personal, que incluyen sueldos, salarios y cargas sociales; en segundo lugar, el epígrafe de otros gastos de la actividad ordinaria, donde se contemplan tanto servicios exteriores como tributos y otros costes de gestión. Finalmente, se registra la amortización del inmovilizado, reflejando en la contabilidad la depreciación progresiva de los activos.

No se analizan los gastos que quedan fuera de la categoría de ordinarios, ya que solamente hacen referencia a los gastos financieros o casos puntuales carentes de interés.

En términos generales, si se mira el gasto total de la entidad, se ve que se alcanzan los 13.391.095,77 euros en siete años. La tendencia es claramente ascendente, ya que, si se toman los valores medios de los primeros cuatro años y se comparan con los últimos, se concluye que en los últimos años se ha gastado un 81,23% más.  Adicionalmente, son llamativos los picos que se muestran en 2019, con un aumento abrupto del gasto respecto al año anterior del 151,34% (se pasa de 870.013 euros a 2.186.735) y el de 2022, donde se pasa de 2.330.501 euros (el segundo valor más alto de la serie) a 3.314.342 (el valor más alto registrado), lo que supone una variación del 42,21%. 

2.1. Sueldos y salarios 

En los sueldos de liberados y los gastos sociales derivados de estos, el partido gasta aproximadamente una cuarta parte del montante total (3.255.930,45 euros). Es importante remarcar de nuevo en esta ocasión que, al no llevar a cabo una actividad parlamentaria, lo correspondiente a dicha actividad se ve reflejado mayormente en las cuentas de IU, donde figuran, para el año 2022, 124,873 liberados (teniendo en cuenta la parcialidad de los contratos, de ahí los decimales), de los cuales 27,51 corresponden al PCE.

De esta manera, también se puede observar que el gasto total por liberado del PCE (tomando como referencia el año 2022) es de aproximadamente 28.500 euros; cantidad que, restando las cargas sociales, se queda en 21.509,86 euros anuales.

Al igual que sucede con las demás categorías, 2019 vuelve a consolidarse como un año importante para el partido, puesto que los gastos de personal se multiplican por un factor de 2,24 y por ende se puede deducir que la cantidad de liberados para ese año lo hace en una proporción parecida. De la misma manera, tras ese repunte se atisba una tendencia a la baja, acabando 2023 con un gasto de personal un 18,29% menor que en 2019.

2.2. Servicios externos y otros gastos 

Se refiere a todos los desembolsos que el partido realiza a proveedores o profesionales ajenos a su propio personal. Esto puede incluir, por ejemplo, gastos de consultoría y asesoría jurídica o contable, encargos de diseño y maquetación para campañas o materiales de difusión, contratación de servicios de comunicación y marketing, alquiler de espacios para actos públicos y eventos, así como otros suministros o recursos puntuales que no son gestionados internamente.

El total invertido en este tipo de servicios asciende a 5.394.182,12 euros, lo que la convierte en la sección de gastos más relevante con más de un 40% del dinero invertido en este tipo de actividad. En este sentido, no es de extrañar que los años de mayor actividad electoral vuelvan a mostrar los datos más altos; así, la campaña de 2019 es la más costosa, una vez más, con 2.332.153 euros. 

Para concluir con este apartado, se quiere poner cierto énfasis en la siguiente cuestión: si se toma el total de ingresos provenientes de las cuotas de los afiliados al partido durante los siete años, se puede ver que apenas se llega a pagar única y exclusivamente la campaña del año 2019. 

Si se toma el total de ingresos provenientes de las cuotas de los afiliados al partido durante los siete años, se puede ver que apenas se llega a pagar única y exclusivamente la campaña del año 2019.

3. Resultados

En lo correspondiente a la actividad ordinaria, se contemplan balances positivos únicamente en tres ejercicios: 2019, 2020 y 2023. Por el contrario, en los cuatro años restantes el resultado económico se presenta negativo, con cifras considerablemente mayores a los años anteriormente citados. En conjunto, se deduce que el PCE habría perdido 1.292.914,03 euros en siete años llevando a cabo su actividad del día a día si no se beneficiase de las ventas o enajenaciones de los activos que mantiene, los cuales le han reportado un total de 1.561.625 euros en el mismo periodo de tiempo.

Resultados de la actividad ordinaria del PCE 2017-2023. Elaborado por Arteka.

De hecho, si se toman en cuenta los últimos tres años, se explicita de manera aún más clara la insostenibilidad económica del partido. Solo desde 2021 hasta 2023 concentra 1.197.665,9 euros en pérdidas y 1.436.341,66 euros en inmóviles enajenados.

En conjunto, añadiendo al balance los gastos no ordinarios, el resultado de la actividad de los siete años estudiados se resume en pérdidas de 130.519 euros. Estas pérdidas van además acompañadas de múltiples mermas en los activos, sobre todo en los referidos a terrenos y construcciones que, a pesar de todo, siguen teniendo un valor calculado de 7.813.809,06 euros según la memoria correspondiente al año 2023.

De no recurrir a su patrimonio, el PCE cerraría los últimos ejercicios con pérdidas considerables.

Conclusiones

Las cuentas del PCE entre 2017 y 2023, con un total de 13.164.380,85 euros en ingresos ordinarios (3.917.342,67 euros procedentes de financiación pública y 9.247.038,18 de origen a priori privado) reflejan que la financiación estatal, ya sea directa a través de subvenciones o indirecta mediante sueldos de cargos públicos, sigue siendo clave para la subsistencia del partido, al igual que lo es, incluso en mayor medida, para los partidos con mayor representación institucional. Aunque, en apariencia, apenas un 30% de sus fondos parecen provenir de recursos públicos y el resto de fuentes catalogadas como privadas, una revisión más detallada revela que buena parte de esas aportaciones privadas (en particular las cuotas y donaciones de cargos que cobran del erario público, o los apoyos de formaciones como IU o las coaliciones con Podemos y Sumar) son igualmente de origen público. Así, si se reetiquetan como financiación estatal los fondos que proceden de cargos electos, el porcentaje de dinero público real se incrementa en gran medida.

Puede verse, por ejemplo, cómo en 2019 las cuotas de afiliados se disparan desde su mínimo de 125.052,81 euros en 2018 hasta un máximo de 531.086,06 euros, lo que refleja la apuesta interna de cara a las elecciones de ese año y la celebración reciente (2017) de un congreso que buscaba reforzar la estructura organizativa. Sin embargo, el descenso paulatino en la cifra de miembros —de 10.500 a 7.700 afiliados desde 2017 a 2022— termina por lastrar nuevamente el volumen de cuotas en ejercicios posteriores, lo que sentencia una vez más la tendencia decadente del partido.

Al PCE, sin apenas representación parlamentaria propia, le es imprescindible encontrar mecanismos de apoyo en el dinero público que maneja IU.

Por otro lado, el fuerte desembolso en servicios externos realizado en 2019, vinculado a una fuerte campaña electoral, pone de relieve hasta qué punto los períodos electorales pueden disparar el gasto de los partidos, incluso en aquellos con menor participación parlamentaria. A ello se suma el hecho de que, de no recurrir a su patrimonio, el PCE cerraría los últimos ejercicios con pérdidas considerables, lo cual refleja la fragilidad de su modelo financiero y la importancia que reviste la venta de inmuebles como soporte económico.

 En paralelo, la participación indirecta en las elecciones con Izquierda Unida se muestra determinante, pues al PCE, sin apenas representación parlamentaria propia, le es imprescindible encontrar mecanismos de apoyo en el dinero público que maneja IU. Con ello quedan patentes las dificultades impuestas en el ámbito económico a aquellos partidos que no se subordinan directamente a la carrera institucional por acaparar el máximo de recursos públicos posibles. 

Tras este estudio, se hace patente una imposición de corte económico que orienta la política profesional hacia una competencia por captar la máxima cantidad de fondos públicos.

Así pues, tomando una perspectiva general del PCE, la tendencia descendente en afiliación y la menor capacidad para recibir subvenciones refuerzan la idea de un desgaste gradual, que solo se compensa mediante los lazos con partidos de mayor envergadura y por la existencia de activos acumulados a lo largo de décadas de historia. Hecho al que si se le añade la reciente ruptura de sus juventudes –que se sumaron a formar parte del movimiento socialista, acusando al partido de querer acallar las voces críticas con la tendencia socialdemócrata y la falta absoluta de voluntad revolucionaria–, auguran un ocaso venidero.

Dicho esto, a pesar de que el análisis se haya centrado en el PCE, se hace patente una imposición de corte económico que orienta la política profesional hacia una competencia por captar la máxima cantidad de fondos públicos, a la vez que dificulta cualquier forma de acción al margen de los cauces establecidos y propicia la plena asimilación de quienes se adentran en ese juego institucional.

REFERENCIAS

Gardena. (2024, mayo 9). ¿Cómo se financian los partidos políticos? Gardena. Recuperado de https://www.gardena.eus/2024/05/09/como-sefinancian-los-partidos-politicos/

Newtral. Buscador de transparencia. Transparentia. Recuperado de https://transparentia.newtral.es/buscador

Izquierda Unida. Portal de Transparencia. Recuperado de https://izquierdaunida.org/transparencia/

Partido Comunista de España. Portal de Transparencia. Recuperado de https://www.pce.es/portal-de-transparencia/