El hombre sospechoso de asesinar a Aboubakar Cissé en la mezquita de La Grand-Combe, en el departamento de Gard, se entregó el domingo 27 de abril por la noche en una comisaría de Pistoia, en Italia, según informó a AFP el fiscal de la República de Alès, Abdelkrim Grini.
El sospechoso, identificado únicamente como Olivier, ciudadano francés nacido en Lyon en 2004, fue calificado como “potencialmente extremadamente peligroso” por las autoridades. Grini declaró que “frente a la eficacia de los medios desplegados, el autor no tuvo otra salida que entregarse y es la mejor decisión que pudo tomar”. La investigación, inicialmente abierta por homicidio, fue reclasificada el sábado como asesinato, al considerar la posible premeditación del acto.
Según AFP y Le Monde, Olivier habría apuñalado a la víctima unas cincuenta veces, grabando el ataque en su teléfono mientras insultaba la religión del joven maliense. El fiscal Grini señaló que en el video el agresor manifestaba su intención de repetir el acto.
Aunque la pista principal apunta a una motivación antimusulmana, Grini aclaró que “no es la única” y que “algunos elementos podrían indicar que este no era el único móvil”. Más de setenta agentes fueron movilizados para la investigación, informó el ministro del Interior Bruno Retailleau, quien también anunció el refuerzo del control en todas las mezquitas del país.
El asesinato ha provocado una fuerte respuesta institucional y ciudadana. El presidente Emmanuel Macron afirmó en X que “el racismo y la odio en razón de la religión no tendrán jamás lugar en Francia” y expresó “el apoyo de la Nación” a la familia de la víctima y a la comunidad musulmana.
SOS Racisme participó en una marcha “contra la islamofobia” en La Grand-Combe, que reunió a más de mil personas. En París, figuras como Jean-Luc Mélenchon (LFI) y Marine Tondelier (Ecologistas) participaron en una manifestación similar.
La Gran Mezquita de París solicitó que se considere la “dimensión y gravedad” del acto y pidió a las autoridades que clarifiquen si se investigará bajo la categoría de “terrorismo”, habitual cuando los atacantes son musulmanes. También el Consejo Representativo de Instituciones Judías de Francia y la Conferencia de Obispos de Francia condenaron el crimen y reclamaron una respuesta firme ante el odio antimusulmán.