Unas 2.000 personas marcharon el 29 de abril en Milán convocadas por grupos de neofascistas italianos para conmemorar los 50 años de la muerte de Sergio Ramelli, un joven militante del Fronte della Gioventù (la organización juvenil del Movimiento Social Italiano, heredero directo del fascismo).
La manifestación recorrió el barrio de Città Studi, desde Piazzale Gorini hasta via Paladini, donde Ramelli fue atacado a golpes por militantes de Avanguardia Operaia en 1975. Durante el acto se realizaron saludos fascistas —supuestamente ilegales en Italia según la ley que prohíbe la apología del fascismo— y se entonaron consignas en favor de Benito Mussolini. Desde varios balcones se oyeron gritos de protesta y canciones antifascistas como Bella ciao, según informa el diario Corriere della Sera.
El acto fue encabezado por referentes de organizaciones de ultraderecha como Forza Nuova, CasaPound y Lealtà Azione. Entre los asistentes figuraban Gianluca Iannone (CasaPound), Roberto Fiore (Forza Nuova), Luca Castellini (ultra del Hellas Verona), y Francesco Polacchi, vinculado al sello de ropa Pivert. La marcha, en la que se desplegaron antorchas, banderas tricolores y pancartas con lemas como “Onore ai camerati caduti” (“Honor a los camaradas caídos”), también recordó a otros militantes neofascistas, como Carlo Borsani y Enrico Pedenovi.
A pesar del despliegue de simbología abiertamente fascista, incluidos los saludos con el brazo extendido, el evento se pudo desarrollar con normalidad. La manifestación volvió a evidenciar la impunidad que gozan estos sectores, que cada año mantienen este tipo de homenajes públicos.
Mientras algunos tribunales han considerado estos gestos “punibles”, otros los han absuelto. En este contexto, la fiscalía de Milán ha apelado una de esas sentencias, denunciando el carácter reiterado y organizado del evento. Sin embargo, a pesar de que la ley lo prohíba formalmente, los fascistas siguen realizando este tipo de actos públicos en diferentes puntos de la geografía italiana.