El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió este jueves que el sistema de salud mundial atraviesa “la mayor interrupción en la financiación de la salud global en la memoria reciente”, debido a una caída drástica en las aportaciones de los donantes.
Según las declaraciones recogidas por Al Jazeera, esta crisis se agravó con la retirada de Estados Unidos —anterior principal financiador de la OMS— en enero, tras acusaciones de “mala gestión de la pandemia de COVID-19 y otras emergencias sanitarias”. Al igual que sucedió con la USAID, esta retirada de fondos ha puesto en evidencia que buena parte de los organismos internacionales dependen económicamente de EEUU.
La OMS ha respondido con una revisión a la baja de su planificación financiera. Según un memorando interno citado por Reuters, el organismo reducirá su presupuesto de 5.300 millones de dólares a 4.200 millones para el periodo 2026-2027, lo que implicará recortes sustanciales de personal. “Es, por supuesto, muy doloroso”, declaró Tedros, quien subrayó que esta disminución presupuestaria “impactará directamente en los sistemas de salud de los países más vulnerables”.
La organización prevé recortes en todas sus estructuras operativas, incluyendo su sede central en Ginebra y oficinas regionales y nacionales. El subdirector general de Operaciones Empresariales, Raul Thomas, afirmó que aproximadamente el 25% del presupuesto destinado a salarios “no tiene financiación asegurada para los próximos dos años”.
Thomas explicó que aún es pronto para estimar cuántos puestos se eliminarán, ya que dependerá del número de empleados y sus ubicaciones. Tedros añadió que el actual modelo financiero, basado en grandes contribuciones voluntarias de unos pocos países, “es insostenible”, y llamó a “diversificar las fuentes de financiación para evitar el colapso de los servicios básicos y la respuesta a emergencias”.