El pasado 28 de abril, los ministros de Asuntos Exteriores de Mali, Burkina Faso y Níger se reunieron en Rabat con el rey Mohammed VI de Marruecos para presentar un informe sobre el avance de la Alianza de Estados del Sahel (AES). Con ello, formalizaron la aceptación de la propuesta marroquí de acceso al océano Atlántico a través de infraestructuras portuarias como Tánger Med en el norte y Dajla en el Sáhara Occidental ocupado.
El Ministerio de Asuntos Exteriores marroquí informó en un comunicado que la reunión se enmarca en la Iniciativa Atlántica, lanzada por el monarca en diciembre de 2023, y que busca “ofrecer a los países del Sahel una salida estratégica al mar para facilitar el comercio y la integración regional”, apuntaba el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos en su comunicado oficial.
El acuerdo incluye la utilización de puertos bajo control marroquí para el tránsito de mercancías, “la colaboración en materia de seguridad para combatir la inestabilidad y el terrorismo en la región”, y el posible desarrollo de proyectos de infraestructura, como la construcción de una planta eléctrica en Níger.
El ministro de Exteriores de Níger, Bakary Yaou Sangaré, calificó la iniciativa como “una bendición para la región” y subrayó que “permitirá a nuestros países acceder a los mercados internacionales y fortalecer la integración africana”, según recogía la Agenzia Nova.
Por su parte, el ministro marroquí Nasser Bourita afirmó que “el Sahel no es, no ha sido nunca, una región como las demás” y reiteró “el compromiso de Marruecos con el desarrollo compartido y la estabilidad regional”, anunciado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Marruecos en diciembre de 2023.
A pesar del acuerdo político, las partes no han definido aún un calendario ni una hoja de ruta concreta para la implementación de la iniciativa, según han reconocido fuentes diplomáticas citadas por Jeune Afrique y Le Monde.
El acercamiento se produce en un contexto de distanciamiento de la AES respecto a la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) y de búsqueda de nuevas alianzas tras la ruptura con el Estado francés.
Analistas consultados por Le Monde advierten que la iniciativa podría “profundizar divisiones regionales y normalizar jerarquías” en África, especialmente por la cuestión del Sáhara Occidental, aunque los gobiernos implicados han evitado pronunciarse públicamente sobre esta cuestión.