Elon Musk anunció esta semana que reducirá drásticamente su participación en la política estadounidense, tras haber sido uno de los principales donantes individuales del ciclo electoral anterior. “Creo que ya he hecho suficiente”, declaró durante el Qatar Economic Forum, en referencia a sus aportes a campañas y causas políticas.
Según recoge La Vanguardia, Musk destinó cientos de millones de dólares a favor de candidatos republicanos, entre ellos Donald Trump, aunque no hay datos públicos que lo sitúen como el mayor donante individual ni que confirmen una cifra exacta, algunas fuentes sitúan su aporte cerca de 290 millones de dólares.
Además, Musk ha participado como asesor externo en el comité de eficiencia gubernamental (DOGE) impulsado por la administración Trump, pero no ha gestionado directamente el aparato federal.
Este giro se produce tras una serie de reveses públicos y financieros. Según recuerdan The Wall Street Journal y La Vanguardia, Tesla ha registrado por primera vez en más de una década una caída en ventas y rentabilidad, y su posición como líder del mercado de vehículos eléctricos se ve amenazada por fabricantes como la china BYD, que ya supera a Tesla en ventas en Europa.
Musk y Tesla han enfrentado boicots organizados y ataques a sus vehículos eléctricos, identificados por sectores opositores como símbolo de su ideología política reaccionaria. La reputación corporativa de Tesla en EEUU ha caído del puesto 8 al 95 en el ranking de Axios Harris Poll 100, según datos citados por La Vanguardia.
A pesar del deterioro de su imagen pública, Musk ha tratado de mostrarse enfocado en la gestión empresarial. En entrevistas recientes con CNBC y en su intervención en el Qatar Economic Forum, aseguró que Tesla “ya se ha dado la vuelta” y reafirmó su apuesta por “tecnologías autónomas”.
Musk anunció que a finales de junio comenzarán las pruebas de los primeros 10 vehículos autónomos en Austin, Texas, con el objetivo de “alcanzar probablemente los mil en pocos meses” y “cientos de miles el año que viene”, según sus propias palabras.
Musk también rechazó que su retirada de la primera línea política responda al rechazo recibido por su papel en el gobierno federal, aunque evitó responder directamente a preguntas sobre ese tema. “Si veo una razón para volver a invertir en política en el futuro, lo haré. En la actualidad no veo ninguna razón”, declaró.
Su retroceso coincide con el fracaso en elecciones locales clave, como la del Tribunal Supremo de Wisconsin en abril, donde el candidato que apoyó perdió pese a la inyección financiera gigantesca del oligarca.
Mientras algunos inversores celebran el renovado enfoque de Musk en Tesla y SpaceX, los analistas continúan expresando dudas sobre su capacidad para cumplir con los ambiciosos objetivos.
The Wall Street Journal señala que las estimaciones de ventas de vehículos de Tesla para 2025 han sido recortadas, y que el repunte bursátil reciente —un 43 % desde abril— no borra el hecho de que las acciones siguen un 29% por debajo de su máximo histórico.