Argentina deniega la entrada al intelectual marxista vasco Iñaki Gil de San Vicente

Las autoridades migratorias impidieron el ingreso del escritor y analista político por considerarlo “persona peligrosa”, aunque fuera invitado por la Universidad Nacional de La Plata para dar conferencias.

Iñaki Gil de San Vicente, imagen de archivo.
Foto: MIGUEL LÓPEZ MALLACH

El intelectual marxista vasco Iñaki Gil de San Vicente fue expulsado de Argentina el pasado miércoles tras ser retenido por la policía migratoria en el aeropuerto internacional de Ezeiza, según informan Resumen Latinoamericano y la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina.

Gil de San Vicente, veterano escritor y analista de política internacional, había sido invitado formalmente por la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de La Plata para participar en un ciclo de conferencias sobre imperialismo y derechos humanos.

Pese a la invitación académica, las autoridades migratorias lo consideraron “persona peligrosa” y lo embarcaron en un vuelo de regreso a Madrid en menos de una hora, separándolo de su acompañante, la intelectual andaluza Concepción Cruz Rojo, quien sí pudo ingresar al país.

El episodio ha generado críticas en el ámbito académico y en organizaciones de derechos humanos de Argentina, que ven en la expulsión un retroceso en la libertad de cátedra y circulación de ideas.

La Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina denunció que Gil de San Vicente fue “retenido, aislado de su compañera, impedido de ver absolutamente a nadie y remitido a Europa a su lugar de procedencia en el primer vuelo disponible”, a pesar de no tener causas judiciales pendientes ni pedidos de captura internacional. La Universidad Nacional de La Plata respaldó la visita del intelectual vasco, quien finalmente participa en las actividades previstas de forma virtual.

Persecución ideológica

La medida se suma a otras restricciones a la actividad académica y a la entrada de figuras críticas hacia el gobierno de Javier Milei. Diversas organizaciones sociales y académicas han denunciado la decisión como un acto de persecución ideológica y han expresado su solidaridad con Gil de San Vicente.