La primera ministra socialdemócrata de Dinamarca, Mette Frederiksen, anunció este miércoles un plan para prohibir el uso del niqab en colegios y universidades del país. “Dios debe quedar a un lado cuando se trata de la educación”, declaró en una entrevista con la agencia danesa Ritzau, en la que añadió: “la democracia va primero”.
La propuesta incluye también la eliminación de salas destinadas a la oración dentro de las instituciones educativas. Según Frederiksen, esta decisión responde a su preocupación por “una represión inherente al control social dentro del islam”.
Las medidas anunciadas contemplan la imposición de sanciones económicas a las mujeres que acudan a centros educativos con el rostro cubierto por un niqab. Frederiksen afirmó que se reunirá con los ministros de Educación y Enseñanza Superior, Mattias Tesfaye y Christina Egelund, para coordinar la aplicación del plan.
Según la jefa de gobierno, el objetivo es que “las universidades no cuenten con instalaciones religiosas” y que “no se habiliten espacios para prácticas religiosas grupales”. En declaraciones recogidas por Europa Press, la primera ministra añadió que no desean que “se utilicen como mecanismos para oprimir a las niñas e incluso a los niños”.
El anuncio de Frederiksen se enmarca en un contexto de debate público más amplio marcado por la extrema sobre el uso del velo islámico en Europa. En el Estado francés, el ex primer ministro Gabriel Attal propuso en 2023 prohibir el velo en espacios públicos para menores de 15 años, alegando razones de “igualdad de género”.
Sin embargo, la iniciativa fue ampliamente cuestionada por diversas formaciones políticas que advirtieron que una medida así podría vulnerar principios constitucionales y sería difícil de aplicar. Además, las restricciones religiosas siempre van dirigidas a la población musulmana.
