El Gobierno de Hungría ha prohibido desde este viernes la exhibición de banderas arcoíris y otros símbolos vinculados a la comunidad LGTBIQ+ en los edificios públicos del país.
El decreto, firmado por el primer ministro Viktor Orban y publicado en la Gaceta Oficial, establece que la medida busca “garantizar la protección y el cuidado necesarios para el desarrollo físico, mental y moral adecuado de los niños” y frenar “la propaganda LGBT+ dirigida a menores”, según recoge la agencia EFE.
El texto prohíbe expresamente el uso de “símbolos que hagan referencia o promuevan diferentes orientaciones sexuales y de género, así como los movimientos políticos que las representan”.
La oficina de la Presidencia del Gobierno ha declarado que se trata de una “medida simbólica”, argumentando que “no es habitual el uso de estos símbolos en edificios estatales”, según recuerda el portal Telex.hu.
El alcalde de Budapest, Gergely Karacsony, ha anunciado que mantendrá la bandera arcoíris en el Ayuntamiento y ha afirmado que “el Gobierno húngaro está dando su enésimo paso para restringir los derechos fundamentales de los ciudadanos húngaros con la intención de hacer imposible la marcha de Orgullo de Budapest”, según declaraciones recogidas por EFE.
Esta prohibición se suma a otras reformas legales recientes impulsadas por el Ejecutivo de Orban, como la limitación de manifestaciones que representen la homosexualidad o las minorías sexuales.
La Agencia de Derechos Fundamentales de la Unión Europea ha advertido que el caso húngaro “suscita serias preocupaciones no sólo por los derechos fundamentales en Hungría, sino también por el compromiso con los valores de la UE”, según declaró su directora, Sirpa Rautio, en Viena.
A pesar de estas restricciones, organizaciones LGTBIQ+ han confirmado la celebración de la marcha del Orgullo en Budapest el 28 de junio, con el apoyo de más de 60 eurodiputados.
