La Unión Europea ha comunicado su disposición a aceptar un arancel universal del 10% sobre sus exportaciones a Estados Unidos, según fuentes recogidas por Bloomberg. Sin embargo, Bruselas pide que Washington reduzca o elimine los gravámenes que afectan especialmente a sectores como el farmacéutico, el alcohol, los semiconductores y la industria aeronáutica, y plantea establecer cuotas y exenciones que rebajen de forma efectiva el arancel del 25% sobre automóviles y componentes, así como el del 50% sobre acero y aluminio.
La Comisión Europea reconoce que la propuesta actual favorece a Estados Unidos y que la UE se ve forzada a negociar bajo la amenaza de una escalada arancelaria, ya que Washington ha anunciado que incrementará los recargos si no se alcanza un pacto antes del 9 de julio. El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha señalado que la delegación europea “mantiene la presión para lograr condiciones menos lesivas para la industria europea”, y ha recordado que el objetivo de Bruselas es “evitar una situación de mayor vulnerabilidad frente a la política comercial estadounidense”.
Actualmente, Estados Unidos aplica un arancel del 10% a la mayoría de productos europeos y mantiene recargos del 25% y 50% en sectores clave. La UE insiste en que el acuerdo debe garantizar “condiciones justas” y “proteger los intereses de la industria europea”, frente a una política arancelaria que, según Bruselas, responde a los intereses estadounidenses y a “la lógica de presión y chantaje comercial”.