Koldo García, exasesor del Ministerio de Transportes del Gobierno español y figura central en las investigaciones sobre corrupción en la compra de mascarillas y adjudicaciones de obra pública, ha mantenido durante años una estrecha relación con mandos de la Guardia Civil y la Policía Nacional española.
Según ponen en evidencia varios informes de la Unidad Central Operativa (UCO) y declaraciones recogidas por medios como El Mundo y The Objective, García grabó conversaciones con José Luis Ábalos y Santos Cerdán entre 2019 y 2023 como “respaldo o garantía ante eventuales desavenencias”, una práctica que ha generado preocupación entre políticos y agentes policiales en Nafarroa, donde mantenía una amplia red de contactos.
Antes de su etapa como asesor y cargo público, García trabajó como portero en prostíbulos en Iruñea (Nafarroa), además de ejercer como vigilante de seguridad y escolta. En 2018 fue condecorado con la Cruz Blanca de la Orden del Mérito de la Guardia Civil, distinción que se otorga por “acciones y conductas de extraordinario relieve, que redunden en prestigio del cuerpo e interés de la patria”, según la normativa interna del Ministerio del Interior. El expediente de esta condecoración, concedida bajo el mandato del ministro Juan Ignacio Zoido (PP), permanece clasificado. Además, la UCO señala que García introdujo a Víctor de Aldama como colaborador de la Guardia Civil, hecho reconocido por el coronel Francisco José Vázquez Aznárez en la Audiencia Nacional española.
El propio García ha admitido en varias entrevistas que colaboró con la Guardia Civil en “operaciones especiales” y que mantenía contactos con altos mandos del cuerpo antes de su detención en febrero de 2024. En Nafarroa, es conocido como un viejo colaborador de la Policía Nacional española, participando junto a agentes en actos públicos y compartiendo abogado con policías en procedimientos judiciales.
Las investigaciones de la UCO han revelado que García utilizó su red de contactos y la grabación de conversaciones como mecanismo de protección en el contexto de las tramas de corrupción que afectan al PSOE y a empresarios vinculados a la adjudicación de contratos públicos.
Antecedentes penales y trayectoria de Koldo García
Koldo García Izaguirre, nacido en Barakaldo en 1970, fue condenado en 1995 a dos años, cuatro meses y un día de prisión por un delito de lesiones cometido en 1991, cuando trabajaba como vigilante de seguridad en las obras del vertedero de Góngora, en el Valle de Aranguren (Nafarroa). Según la sentencia, García y otros vigilantes agredieron violentamente a un vecino que protestaba por la obra, causándole fracturas y lesiones graves. En 1996, el Gobierno de José María Aznar le concedió un indulto parcial, por lo que no llegó a ingresar en prisión.
En 2010, durante la madrugada posterior a la final del Mundial de fútbol que ganó la Selección Española, Koldo García fue condenado junto a un agente de la Policía Nacional española a una multa de 900 euros por agredir a un menor de 16 años en Iruñea. El incidente se produjo después de que el joven, que llevaba una camiseta con el lema Independentzia, tuviera un altercado con el policía en un bar, y posteriormente fuera agarrado y golpeado por García, según la sentencia de la Audiencia Provincial de Navarra. Inicialmente, el menor fue detenido por “apología del terrorismo”, pero el juicio determinó que fue víctima de una agresión, quedando probadas las lesiones físicas sufridas por parte del exasesor de Ábalos.
García no se presentó a elecciones municipales hasta 2011, cuando fue elegido concejal del PSN en Huarte, cargo que ocupó hasta 2015.
Nafarroa: un vivero de corrupción policial
No es la primera vez que una figura bien posicionada en los cuerpos policiales gana influencia desde Nafarroa y se convierte en protagonista de un escándalo que sacude al Gobierno español. El precedente más conocido es el de Luis Roldán, nacido en Zaragoza pero criado en Nafarroa y con una larga trayectoria política y administrativa en la Comunidad Foral, quien fue director general de la Guardia Civil entre 1986 y 1993. Roldán fue el primer alto cargo de la democracia condenado por corrupción tras fugarse y ser detenido en 1995, acusado de malversación, cohecho, fraude fiscal y estafa, delitos por los que fue condenado a 31 años de prisión.
La figura de Roldán marcó un antes y un después en la percepción social sobre la relación entre poder político, cuerpos policiales y corrupción en el Estado español. Su caso, junto al de Koldo García, evidencia que la Comunidad Foral de Navarra ha tenido en las últimas décadas figuras con peso institucional dentro o vinculadas al ámbito policial que, en momentos clave, han terminado desestabilizando al propio Gobierno central y protagonizando algunos de los mayores escándalos de la historia reciente.
Nafarroa ha funcionado como terreno propicio para ello: la combinación de redes personales, permeabilidad institucional y la conexión entre política y negocios explica por qué este territorio ha sido el origen de varios de los mayores casos de corrupción y crisis policial en el Estado español.