Un informe publicado por Save the Children España en este 8 julio, titulado “Redes que atrapan”, alerta sobre la magnitud de la explotación sexual de la infancia y la adolescencia en entornos digitales en el Estado español. El estudio, coordinado por Clara Burriel y con la colaboración de la Asociación Europea para la Transición Digital y el Grupo de Investigación en Victimización Infantil y Adolescente (GReVIA) de la Universitat de Barcelona, se basa en una encuesta a 1.008 jóvenes de entre 18 y 21 años y en entrevistas a expertos de los ámbitos jurídico, policial, psicológico y académico.
Según los resultados de la encuesta recogidos en el informe, el 97,9% de los jóvenes del Estado español de entre 18 y 21 años declara haber sufrido algún tipo de victimización sexual digital antes de los 18 años. El informe aclara que este dato incluye distintas formas de victimización, como el acceso involuntario a contenido sexual, el grooming, la sextorsión, el sexting sin consentimiento, la creación y difusión de imágenes con inteligencia artificial y la explotación sexual, pero no el sexting consentido entre menores. Save the Children advierte que “estos datos evidencian el enorme riesgo que enfrentan los niños, niñas y adolescentes de encontrarse con alguna forma de violencia sexual en el entorno digital”.
El Ministerio del Interior registró en 2023 un total de 4.896 denuncias por delitos cibernéticos contra menores, de los cuales 1.068 correspondían a delitos sexuales. Sin embargo, el informe subraya que “los datos oficiales tan solo representan la punta del iceberg: la mayoría de casos de violencia contra la infancia y adolescencia no llegan a conocerse, en parte por la ausencia de denuncia y en parte por las dificultades en la detección, que incrementan significativamente cuando estos hechos tienen lugar en el entorno online”.
El informe resalta la dificultad de delimitar y medir el fenómeno de la explotación sexual digital infantil, debido a la ausencia de una definición jurídica y académica clara y a la normalización social de ciertas conductas. Save the Children señala que “actualmente no existe una definición clara, unánime o consolidada, ni a nivel normativo ni académico, de lo que se entiende por explotación sexual digital de la infancia y la adolescencia”. Esta imprecisión, según la organización, dificulta la recogida de datos y el desarrollo de políticas públicas específicas.
Entre las modalidades de explotación sexual digital identificadas por el informe se encuentran la distribución y el consumo de material de abuso sexual infantil, el grooming, la sextorsión, la transmisión en directo de abusos sexuales y la creación de imágenes mediante inteligencia artificial. El informe también advierte sobre el aumento de la coacción y el chantaje a menores para que produzcan y compartan material íntimo