Moncloa propone un máster en lugar de oposiciones para los altos cargos del Estado

Solo quienes saquen mejores notas al final de esta formación conseguirán plaza fija como funcionarios; el resto obtendría un título, pero no el empleo.

El Ministerio de Función Pública del Gobierno español, Óscar López.
Foto: @oscarlopeztwit (X)

El Ministerio de Función Pública del Gobierno español ha presentado este lunes un plan para cambiar el sistema de acceso a los puestos de mayor responsabilidad en la administración pública, como inspectores de Hacienda, diplomáticos o abogados del Estado. En lugar del modelo actual de oposición con temarios y exámenes eliminatorios, el ministerio encabezado por Óscar López propone un nuevo sistema basado en un máster de dos años, al que se accedería a través de una prueba previa. Solo las personas que saquen las mejores notas al final del máster conseguirán plaza de funcionario. El resto obtendrá “un título de posgrado”, pero sin acceso directo al empleo público.

La medida, que aún está en fase inicial y se negociará con los sindicatos, afectaría a los grupos A1 y A2, es decir, a los funcionarios que ocupan los cargos de mayor nivel en la administración. Desde el Ejecutivo defienden que este modelo permitirá “formar mejor a los aspirantes y orientar su aprendizaje hacia los retos actuales del sector público”. El ministro López considera que el sistema de becas permitirá “garantizar el acceso a quienes tengan menos recursos económicos”, y explica que se utilizarán los centros ya existentes de formación pública para impartir estos másteres.

La propuesta ha generado críticas entre algunos sectores de la administración. La Asociación de Inspectores de Hacienda cree que puede romper principios como “la igualdad y el mérito”, al dejar en manos de un sistema educativo que no está aún detallado la selección de los funcionarios. Por su parte, el sindicato CSIF considera que el planteamiento “no resuelve los problemas reales de sobrecarga y precariedad que vive el sector público”. Además, el Gobierno ha presentado otras medidas como nuevas plataformas digitales con inteligencia artificial y un plan para “reducir la burocracia” en los trámites del servicio público.

Un alto funcionariado aún más aristocrático

Este cambio supone un giro significativo en cómo se accede a las esferas más altas del empleo público en el Estado español, un sector altamente endogámico y elitista. Este carácter del alto cuerpo funcionarial podría pronunciarse aún más con este nuevo modelo planteado. Hasta ahora, todos competían con las mismas reglas formales en un examen, pero el planteamiento de López traería un sistema selectivo aún más largo, orientado a formar y filtrar durante dos años. Aunque puede parecer “más moderno” o “adaptado a los nuevos tiempos”, también introduce una lógica más cercana a la coyuntura del mercado educativo, donde el acceso a la función pública depende de rendimientos durante un máster y no de superar una prueba cerrada.

En la práctica, esto puede aumentar aún más las desigualdades de origen, beneficiando a quienes tienen más tiempo, recursos económicos o credenciales académicas para superar dos años de formación sin obtener aún un puesto de trabajo. Además, convierte el acceso a un puesto estable en algo más incierto y competitivo, incluso dentro del propio curso, y puede derivar en una administración aún más profesionalizada, pero también más jerarquizada y elitista.