Camboya pide alto el fuego inmediato con Tailandia

El conflicto en la frontera entre Camboya y Tailandia deja decenas de muertos y miles desplazados; Bangkok no confirma tregua y mantiene estado de sitio.

Vehículo militar durante las escaramuzas fronterizas entre Tailandia y Camboya.
Foto: @jacobincambodia (X)

Las tensiones fronterizas entre Camboya y Tailandia se han intensificado desde el 24 de julio, con un saldo de al menos 32 personas muertas, entre civiles y militares, y casi 200.000 desplazados, según datos oficiales de ambos países. Camboya ha solicitado un alto el fuego “incondicional” y busca una “resolución pacífica” del conflicto, expresó su embajador en la ONU, Chhea Keo, quien cuestionó la narrativa tailandesa sobre el inicio de los ataques.

Por su parte, Tailandia insiste en que Camboya “debe demostrar genuina sinceridad” para avanzar hacia conversaciones de paz, mientras mantiene la ley marcial en ocho distritos fronterizos y reporta 19 muertos en su territorio, además de evacuar a miles de civiles en zonas de riesgo.

El enfrentamiento involucra intercambios de fuego, incluidos bombardeos con artillería pesada y ataques aéreos con F-16 por parte de Tailandia, que afirma haber repelido incursiones en zonas costeras del sur y que acusa a Camboya de usar drones para vigilancia cerca de puestos militares tailandeses.

Camboya, por su parte, afea que Tailandia inició la ofensiva al violar acuerdos previos y avanzar sobre un templo hindú histórico en el límite territorial, hecho que revitaliza una disputa histórica de más de un siglo, marcada por disputas anteriores sobre el Templo de Preah Vihear, cuya soberanía fue cedida a Camboya por la Corte Internacional de Justicia en 1962. La escalada actual ha provocado el cierre de puestos fronterizos y la reducción de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Diferentes países han reaccionado con llamados a la tregua, entre ellos la oferta del primer ministro malasio Anwar Ibrahim, presidente de la ASEAN, para mediar en las negociaciones, y la demanda de Estados Unidos de “cese inmediato de hostilidades y protección de civiles”.

Sin embargo, el gobierno tailandés ha rechazado la intervención de terceros y insiste en que la crisis se resuelva bilateralmente. La prolongación de los combates y el uso de armamento pesado generan temor por una posible guerra abierta, advirtiendo el primer ministro interino tailandés Phumtham Wechayachai, quien reconoció que el conflicto se ha extendido a 12 puntos a lo largo de la frontera.