A pesar de los avances técnicos en la lucha contra el VIH, el acceso al tratamiento sigue siendo una solución a la que no todo el mundo puede acceder. En 2023, de las 39,9 millones de personas que viven con el virus en todo el mundo, solo 30,7 millones tienen acceso a la terapia antirretroviral (TAR), lo que representa una cobertura global del 77%. Esto significa que más de 9 millones de personas aún no reciben el tratamiento necesario para controlar la infección y prevenir la transmisión.
La situación es particularmente preocupante entre los niños y niñas de 0 a 14 años, donde la cobertura de tratamiento es solo del 57%. En contraste, el 77% de los adultos mayores de 15 años tienen acceso a la TAR. En el polo opuesto, las mujeres embarazadas presentan una mejor tasa de cobertura, aunque un 16% no puede acceder al tratamiento para prevenir la transmisión del virus a sus bebés.
Las disparidades regionales son evidentes. Mientras que Europa Occidental, Central y América del Norte alcanzan una cobertura también del 77%, regiones como Asia Central y el Pacífico tienen una tasa menor, con solo el 67% de las personas viviendo con VIH accediendo al tratamiento. En el Norte de Africa y el Oriente Medio se registran unas de las tasas más bajas teniendo en cuenta la gran cantidad de población afectada. En los lugares mencionados es más de la mitad la gente infectada que no puede acceder a un tratamiento.
Por último, cabe remarcar que la cantidad de personas infectadas se ha visto incrementada en 1.3 millones de personas en el pasado año (aunque se estima que el numero real pueda ascender a los 1.7 millones), y que desde el año 2000 la enfermedad se ha expandido un 46,7% teniendo en cuenta solamente los casos registrados.