Este 16 de diciembre se publicaba en el Instituto Nacional de Estadística (INE) que la compraventa de viviendas en el Estado español alcanzó su cifra más alta en 17 años, con un incremento del 51,3% en octubre. Esta tendencia ha sido impulsado por el abaratamiento de las hipotecas y el temor a un encarecimiento adicional de los precios. Según declara en el diario El País Ferran Font, director de estudios de Pisos.com, “muchos compradores adelantan sus decisiones porque los precios están subiendo y temen que ya no compense la bajada de intereses”. Los datos del INE reflejan un crecimiento acumulado del 7,5% en el número de operaciones entre enero y octubre.
Muchos se preguntan quién está comprando tantas casas en medio de la crisis habitacional, que ya está en boca de todos en el Estado español. Los expertos aseguran que el perfil del comprador apenas ha cambiado: personas de entre 39 y 42 años, con empleo estable y alta capacidad económica. María Matos, portavoz de Fotocasa, destaca en El País que la demanda “proviene de sectores poco vulnerables que han podido aprovechar la coyuntura crediticia favorable”. Este perfil se refleja también en las solicitudes hipotecarias, que han pasado del 57% al 66% en el último año, mientras que las compras al contado que tanto han subido en los últimos años, más comunes entre grandes inversores y extranjeros pudientes, han perdido protagonismo respecto a los que compran las casas con hipoteca, aunque las cifras siguen siendo altas.
Lázaro Cubero, director de Análisis de Tecnocasa, indica que el tiempo medio para cerrar una compra ha descendido a 72 días, frente a los 92 previos a la pandemia. Además, cada oficina inmobiliaria gestiona una media de 350 interesados, aunque Cubero matiza que los aumentos de actividad son más cercanos al 10% que a las cifras puntuales del INE. Al mismo tiempo, se observa un leve crecimiento en la demanda de reposición, es decir, compradores que venden su vivienda para adquirir otra.
A pesar de la aceleración del mercado, la subida constante de precios plantea un posible freno a medio plazo. La entrada de jóvenes mediante avales hipotecarios sigue siendo limitada, mientras inversores y extranjeros indefinidos representan un 25% y 15% de la demanda, respectivamente. Matos advierte que “los precios seguirán subiendo, lo que podría mermar la capacidad de compra en los próximos años, quizá hacia 2026”. Por ahora, la combinación de una demanda “solvente” y unas condiciones hipotecarias más atractivas ha mantenido al mercado en movimiento.