Turquía ha movilizado su ejército, junto con milicias aliadas como el Ejército Nacional Sirio (SNA), en la frontera con los territorios controlados por los kurdos en Siria, en lo que parece una inminente invasión a gran escala, según informó The Wall Street Journal el 16 de diciembre. El despliegue se produce tras el colapso de la tregua negociada por Estados Unidos entre Turquía y las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF), principal aliado estadounidense en la zona.
Un funcionario de las SDF declaró a Fox News que “Turquía comunicó oficialmente el fin del alto el fuego y que los combates se reanudarían”. Desde entonces, las tropas turcas han incrementado sus ataques con drones y bombardeos de artillería en zonas estratégicas como Kobane y Manbij, generando alarma entre las comunidades kurdas y cristianas que podrían sufrir desplazamientos masivos. Ilham Ahmed, representante de las SDF, advirtió que” esta operación busca establecer control territorial antes del cambio de gobierno en Estados Unidos, lo que podría desencadenar consecuencias catastróficas”.
El comandante de las SDF, Mazloum Abdi, denunció que “Turquía lleva a cabo hasta 81 ataques diarios con drones y bombardeos”, paralizando las “operaciones antiterroristas” en la región. Las tensiones se agravan en un contexto donde la historia reciente de Turquía en Siria y otros conflictos, como Nagorno-Karabaj, ha suscitado preocupaciones por posibles prácticas de limpieza étnica contra los kurdos por parte de las autoridades turcas.