Las guarderías en Alemania atraviesan una crisis sin precedentes debido a la falta de trabajadores cualificados en este sector, lo que está generando cierres temporales, sobrecarga en las instalaciones y listas de espera interminables, según informa Financial Times. Esta situación afecta directamente a los padres trabajadores, al mercado laboral y, potencialmente, al desarrollo de toda una generación de niños.
A pesar de que el gobierno de Olaf Scholz ha aprobado nuevas leyes y aumentado la financiación de las guarderías, las medidas están lejos de traer niguna solución. Actualmente, hay cerca de 125.000 vacantes en el sector, lo que representa una gran presión sobre los 900.000 profesionales que ya trabajan en él.
Este déficit ha provocado medidas polémicas, como la reciente propuesta de Renania del Norte-Westfalia, donde se contempla permitir que un solo trabajador de guardería atienda hasta 60 niños, “siempre que cuente con el apoyo de músicos, jardineros o artesanos”.
La escasez de personal no solo afecta a la infancia, sino que también golpea a los padres, especialmente a las madres, que se ven obligadas a reducir su jornada laboral. Solo el 27% de las madres con hijos menores de seis años trabaja a tiempo completo, frente al 91% de los padres.
Empresas privadas están comenzando a intervenir. La energética Eon financia plazas en guarderías locales, mientras que compañías como HelloFresh han implementado servicios de cuidado infantil en sus propias oficinas para facilitar la conciliación. Sin embargo, estas soluciones no están al alcance de la mayoría de las familias. Los expertos advierten que si no se aborda esta crisis, las consecuencias afectarán al desarrollo de los niños y la igualdad social.