El 6 de enero de 2025, Corea del Norte realizó con éxito una prueba de su nuevo misil balístico hipersónico de alcance intermedio, según la agencia estatal de noticias KCNA. El ensayo, supervisado por Kim Jong Un a través de un sistema de monitoreo, fue parte de los esfuerzos de Pyongyang para mejorar su capacidad de disuasión estratégica frente a las amenazas de EEUU, Corea del Sur y Japón. Según especifica KCNA, el misil alcanzó una altitud máxima de casi 100 km antes de realizar una maniobra descendente a 42,5 km, y finalmente aterrizó con precisión en un objetivo simulado a 1.500 km de distancia.
Kim Jong Un, en su declaración oficial, destacó que la prueba “demuestra la capacidad de la República Popular Democrática ce Corea para desarrollar y actualizar sistemas de armas avanzados, como el misil hipersónico intermedio, para proteger sus intereses nacionales”. Afirmó que el propósito principal de este desarrollo “no es ofensivo sino para fortalecer la capacidad de defensa”, en un contexto de tensiones regionales cambiantes. El líder norcoreano también hizo hincapié en que, con este sistema, de forma similar al Oreshnik ruso, Corea del Norte puede penetrar las barreras defensivas de cualquier adversario, y subrayó que “el misil tiene el potencial de infligir un golpe militar serio”.
El lanzamiento tuvo lugar en un sitio cercano a Pyongyang y se llevó a cabo coincidiendo con la visita del secretario de Estado de EEUU Antony Blinken a Corea del Sur. En el país vecino, Blinken expresó “su preocupación” por las crecientes tensiones en la península coreana. La prueba también refuerza la carrera de Corea del Norte para desarrollar armas de combustible sólido y vehículos planeadores hipersónicos, lo que representa un desafío para las capacidades de defensa de los países rivales en la región del Pacífico. Según KCNA, el ensayo no tuvo impacto negativo en la seguridad de los países vecinos, y Corea del Norte continúa acelerando su desarrollo de capacidades defensivas avanzadas.