Errores operativos en infiltraciones policiales y confesiones de una agente apuntan al Ministerio del Interior

Un reportaje de La Directa destapa fallos técnicos y la confesión de una infiltrada que pone en evidencia los métodos irregulares de espionaje del Gobierno español contra los movimientos sociales.

Una de las fotografías en las que se ve al infiltrado Daniel Hernández Pons en la Escuela de Policía de Ávila, que La Directa pudo recuperar de una memoria USB.
Foto: La Directa.

La Directa ha dado a conocer detalles inéditos sobre infiltraciones policial en movimientos sociales de Catalunya. Un reportaje detalla cómo la gente identificada con el nombre falso de María Perelló Amengual mantiene una conversación telefónica con el militante Òscar Campos después de que este descubriera su identidad real. En lugar de cortar la llamada, como suele ser habitual en estos casos, la agente continúa revelado detalles de su misión, desvelando que estaba bajo las órdenes de la Unidad de Información del Cuerpo Nacional de Policía. Esta unidad, que se ocupa de la vigilancia de “grupos terroristas y radicales”, realizaba espionaje de colectivos sociales en todo el Estado español, según admite la propia agente. A través de esta conversación, Campos pudo obtener información crucial sobre el alcance de la infiltración en su entorno.

Además, el reportaje precisa varios errores operativos y tecnicos que facilitaron el descubrimiento de las infiltraciones. Uno de los casos más reveladores fue el de Daniel Hernández, quien, mientras operaba infiltrado dentro del centro social La Cinètika, cometió un error al vincular su teléfono móvil a una cuenta de correo asociada a un colectivo. Esto permitió rastrear su ubicación en tiempo real y desenmascarar sus mentiras sobre su estancia en Palma (Mallorca) cuando en realidad se encontraba en Madrid. Otro fallo, crucial, fue que Hernández le regaló un dispositivo USB a un militante, creyendo que había eliminado definitivamente el contenido que se encontraba previamente en el dispositivo. Así, se pudieron recuperar imágenes comprometedoras suyas en la Escuela de Policía de Ávila (Castilla y León), desvelando definitivamente la identidad de este infiltrado y posibilitando otras investigaciones.

Además, el reportaje amplía la dimensión de estas operaciones de infiltración al destacar la implicación personal de algunos agentes, como el caso de la infiltrada de Girona que, además de mantener una relación íntima con Campos, involucró a su propia familia en la operación. Esta conexión familiar fue clave para identificarla, ya que Campos llegó a conocer a la madre de la agente, quien también participó indirectamente en la estrategia de infiltración. A raíz de la publicación de estos casos, han aumentado los cuestionamientos sobre los métodos del servicio de inteligencia del Cuerpo Nacional de Policía. La Directa anticipa que ofrecerá más detalles sobre la actuación de la Comisaría General de Información en futuras publicaciones.