El ejército israelí ha iniciado este martes una amplia ofensiva en la ciudad de Yenín, en el norte de Cisjordania, apenas días después del alto al fuego en Gaza. La operación, denominada Iron Wall (Muro de Hierro) comenzó con intensos bombardeos aéreos que, según cifras del Ministerio de Salud palestino recogidas por Middle East Eye, han provocado la muerte de al menos siete personas y dejado 35 heridos. A esto se suma una incursión terrestre de gran escala que, según anticipan fuentes militares israelíes, podría prolongarse varios días. Por el momento, la redada se ha saldado con decenas de detenidos, una práctica habitual del Estado de Israel para legitimarse internamente despueś de acordar la liberación de prisioneros palestinos en negociaciones. Además, coincidiendo con la retirada de las sanciones contra los colonos de Cisjordania por parte de Donald Trump, Al Jazeera reporta que se han registrado varios pogromos contra los palestinos de este territorio.
Los enfrentamientos entre las fuerzas armadas israelíes y las facciones de la resistencia palestina se han extendido por diversas áreas de Yenín, donde las fuerzas de ocupación han bloqueado hospitales y restringido el acceso de ambulancias a los heridos. Testigos locales describen escenas dramáticas con cadáveres en las calles y personal sanitario herido en medio de los ataques, según Middle East Eye. Grupos armados de la Resistencia Palestina, como la Brigada de Yenín, han respondido enfrentándose a las tropas israelíes en varios puntos. Mientras tanto, la Autoridad Palestina (AP), que previamente había cercado la ciudad durante semanas, se ha retirado al comienzo de la ofensiva, dejando el camino libre para la incursión israelí.
El gobierno israelí ha justificado la operación como una medida para “garantizar la seguridad” en Cisjordania, en línea con las declaraciones del primer ministro Benjamin Netanyahu. Sin embargo, organizaciones de la resistencia como Hamas y Yihad Islámica han denunciado la ofensiva como “un intento de desviar la atención de los recientes fracasos en Gaza”, mientras intensifican los llamados a la resistencia en Cisjordania. La retirada de la AP, tras un asedio de casi 50 días, ha generado críticas por su complicidad con las acciones del Estado de Israel.