El presidente Bassirou Diomaye Faye ha anunciado la creación de una agencia gubernamental dedicada a renombrar calles y espacios públicos que aún llevan los nombres de oficiales coloniales franceses. Esta medida forma parte de un plan más amplio por redefinir la identidad nacional y reducir la influencia histórica francesa en el país, que también incluye la retirada de tropas francesas y la posible sustitución del francés como lengua oficial. “La memoria también pasa por la toponimia”, afirmó la urbanista Rakhiat Diallo Fall a Al Jazeera, destacando la importancia de estos cambios para sanar las heridas del pasado colonial.
El movimiento de Senegal se enmarca en una tendencia regional, donde países de África Occidental, como Níger y Malí, también han reemplazado nombres de calles coloniales por los de figuras de héroes locales de la lucha anticolonial. Sin embargo, mientras muchos celebran este paso simbólico, algunos senegaleses no olvidan la crisis económica. “Cambiar nombres de calles no es una prioridad”, comentaba Mouhamadou, un joven desempleado en Dakar, a Al Jazeera, señalando el aumento del costo de vida y la falta de oportunidades laborales como problemas urgentes que “requieren atención inmediata”.
A pesar de las críticas, el gobierno de Faye ha prometido mejoras económicas sustanciales, con “un plan que incluye aumentar los salarios y fomentar la producción local”. El Fondo Monetario Internacional proyecta un crecimiento del 10% para 2025 en Senegal, impulsado por nuevos proyectos petroleros renegociados bajo la actual administración. No obstante, muchos senegaleses aún no están seguros de que este crecimiento económico se traduzca en beneficios concretos, mientras el gobierno busca equilibrar la restauración de la identidad africana con la gestión de las necesidades económicas más apremiantes.