En relación con los cierres y despidos masivos anunciados en la industria de Euskal Herria, el Consejo Socialista de Euskal Herria (EHKS) ha publicado una declaración con un mensaje claro: ha llamado a enfrentar el cierre de industrias como clase. “El cierre de varias industrias en Europa ya ha dejado a decenas de miles de trabajadores en la calle en los estados de Alemania y Francia, y también está comenzando a dejar una gran huella en Euskal Herria”, recuerda.
Además de los cierres y despidos colectivos, ha advertido sobre los miles de expedientes de regulación de empleo impuestos a los trabajadores, especialmente aquellos en los que los expedientes temporales “se han convertido en parte del calendario laboral”. “Las listas de trabajadores sin empleo o con riesgo de perderlo siguen alargándose día tras día”, ha explicado EHKS, mostrando su solidaridad con los trabajadores que se encuentran en “total inestabilidad”.
Crisis estructural en Europa
EHKS ha vinculado estos recortes que afectan directamente a tantos trabajadores con la “crisis estructural del modelo industrial europeo”, señalando que Europa está perdiendo “su posición como centro imperialista”. Sin embargo, ha aclarado que, como ha dicho en otras ocasiones, la clase trabajadora será “la que sufrirá las consecuencias de ello”. De hecho, ha subrayado la importancia de la industria en Euskal Herria Sur, entendida como uno de los pilares centrales del llamado “estado del bienestar”. La desaparición de la industria, por tanto, “profundizará el proceso de proletarización de los últimos años”, según EHKS.
Ha denunciado que “los empresarios utilizan las amenazas de deslocalización y cierre de empresas como chantaje para deteriorar las condiciones laborales e imponer recortes salariales”, añadiendo que “están normalizando e institucionalizando la flexibilidad de los puestos de trabajo como alternativa a los despidos, adaptando la legislación laboral a los intereses de los empresarios”. Además, ha afirmado que de este modo, los empresarios están “aumentando sus ganancias a costa de los salarios de los trabajadores”.
Para intentar enfrentar la crisis estructural, EHKS ha destacado que la oligarquía europea está promoviendo una “gran reestructuración económica”, con “dos direcciones”: por un lado, “realizando grandes inversiones en sectores estratégicos rentables para recuperar la competitividad” (como en la industria armamentística y las energías renovables), y, por otro, “dejando de lado sectores no tan rentables, impulsando la deslocalización y el cierre”.
Maniobras de los partidos y gobiernos locales
EHKS ha denunciado que, por si fuera poco, “la Unión Europea está impulsando estos planes estratégicos de la oligarquía europea con el apoyo de los principales partidos políticos”. Ha añadido que “la socialdemocracia, los partidos de derecha y la extrema derecha están apoyando este proceso de reestructuración”. No obstante, EHKS ha detallado que, en cada lugar, “la política que hacen esos partidos es muy diferente”. “Ante las consecuencias de las políticas de reindustrialización que apoyan en Europa, cada gobierno intenta proteger la industria de su territorio, tratando de reducir el impacto económico de la crisis en cada lugar”, ha especificado, añadiendo que “sin embargo, las instituciones autonómicas y del estado no tienen capacidad de maniobra frente a las decisiones del gran capital, ni siquiera poder real, convirtiéndose así en meros gestores de la crisis”.
EHKS ha puesto como ejemplo la postura del Gobierno de Navarra: “Quiere presentarse como defensor de la industria, aunque no tenga capacidad para hacerlo, y sigue pidiendo a los trabajadores de las empresas en proceso de cierre que confíen en él”. Sin embargo, la organización ha señalado que “el papel de los partidos políticos y de los gobiernos distorsiona la responsabilidad de la situación, así como la naturaleza del sujeto político que debe enfrentarse a ella”.
Enfrentarlo como clase
EHKS ha proclamado que “la tarea de los trabajadores es actuar con unidad de clase y solidaridad ante la creciente crisis industrial”. Y ha profundizado: “Más allá de los trabajadores directamente afectados, el punto crítico son las condiciones de vida y trabajo de toda la clase trabajadora, por lo tanto, debemos responder como clase”. Considera que la burguesía “quiere difundir preocupación y miedo” entre los trabajadores, “para hacerles creer que no hay alternativa y desmovilizarlos”. Por el contrario, EHKS ha subrayado que los responsables directos de la situación son “la oligarquía europea y sus gobernantes y partidos políticos subordinados”.
En este contexto, ha considerado fundamental “estructurar y fortalecer un movimiento obrero independiente, que actúe con su propia fuerza y que no dependa de los empresarios, gobiernos ni de los partidos institucionales”, y para ello, “unir a la clase trabajadora en la lucha frente a la crisis industrial”. El camino sería claro, según EHKS: “A medida que la contradicción entre las ganancias capitalistas y el bienestar de los trabajadores se hace cada vez mayor, es necesario construir una alternativa socialista que garantice el bienestar universal”. Así, en esta profunda crisis que se está viviendo, la principal organización del Movimiento Socialista de Euskal Herria ha llamado a la movilización y a que los trabajadores actúen en solidaridad de manera independiente.
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