Europa enfrenta un dilema sobre cómo financiar su “defensa común” tras el fin de la tutela militar de EEUU

La creciente presión para incrementar el gasto militar europeo plantea un conflicto entre los países miembros sobre el método de financiación, con propuestas que incluyen la emisión de eurobonos y el uso del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE).

Reunión de la OTAN en Bruselas.
Foto: Mark Rutte (X)

La Unión Europea se enfrenta a un desafío crucial: cómo financiar su proyecto denominado como “defensa común” tras la creciente presión de Estados Unidos para que Europa asuma más “responsabilidades” en materia militar. En un contexto donde la administración Trump ha dejado claro que Europa se las tendrá que apañar para no depender exclusivamente de Estados Unidos, la eurozona debate cómo cubrir el elevado coste de su “independencia militar”, que no estratégica. Mientras los países europeos acuerdan aumentar el gasto militar (entre el 2% y el 5% del PIB), la cuestión sigue siendo quién asumirá la carga financiera y cómo se distribuirá.

Una de las propuestas más discutidas es la emisión de eurobonos, una fórmula utilizada en momentos de emergencia, como la crisis económica de 2008 y la pandemia. Sin embargo, la alternativa de recurrir al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), creado en 2011 para salvar el euro, también está sobre la mesa. Según El Economista, este organismo podría reconvertirse en una herramienta de financiación militar, aunque aún no tiene la capacidad para cubrir todo el gasto necesario. “Es un momento existencial para la eurozona”, expresó Benjamin Haddad, ministro francés de Asuntos Europeos, al referirse a “la necesidad de emitir deuda conjunta” para financiar el gasto bélico.

A pesar de que algunos países como Bélgica y el Estado español apoyan “un enfoque europeo común de financiación”, otros, como Alemania y los Países Bajos, prefieren que cada estado asuma el gasto por separado. Además, el incremento del gasto militar podría tensar aún más las finanzas europeas, lo que podría obligar al Banco Central Europeo (BCE) a intervenir, como ya ocurrió durante la pandemia. “El dinero no es gratis”, señaló Eelco Heinen, ministro de Finanzas de los Países Bajos, subrayando que cualquier gasto militar limitará los recursos disponibles para otros sectores. En este panorama, se anticipa que el gasto militar podría aumentar entre 230.000 millones y 800.000 millones de euros anuales en los próximos años, según cálculos de S&P Global.