Decenas de miles de personas recorrieron este 23 de febrero el centro de Madrid para protestar contra el deterioro de la educación pública y exigir mayor inversión en el sector. La manifestación, convocada por más de 20 colectivos y respaldada por sindicatos y asociaciones de familias, reunió a 100.000 personas según los organizadores, mientras que Delegación del Gobierno cifró la asistencia en 25.000. Bajo el lema “Salvemos la educación pública”, la marcha partió de Atocha y finalizó en la Puerta del Sol.
Los convocantes denunciaron la reducción de recursos en la educación pública madrileña y el crecimiento del modelo concertado. Según los organizadores, “las políticas de la Comunidad de Madrid han favorecido la privatización y han dejado sin revertir los recortes de 2011”. En el manifiesto de la protesta, firmado por asociaciones de docentes, estudiantes y familias, se reclama la reincorporación de 5.000 profesores, la reducción de ratios en las aulas y la mejora de las infraestructuras educativas.a
Asistentes y organizadores valoraron la convocatoria como “un éxito” y destacaron que la preocupación por la educación pública “trasciende a la comunidad educativa”. Según los organizadores, la falta de inversión en la enseñanza pública se refleja en la pérdida de plazas, la precarización del profesorado y la falta de recursos en los centros.
El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso no ha respondido directamente a las críticas, aunque ha defendido en ocasiones anteriores su política educativa, argumentando que “garantiza la libertad de elección de las familias”. Sin embargo, los manifestantes acusan al Ejecutivo regional de desviar fondos hacia la educación concertada, que ha visto incrementada su financiación en un 25% desde 2019, mientras que la educación pública ha experimentado aumentos menores.