Hoy, 18 de marzo, se conmemora el 154.º aniversario de la Comuna de París, considerada el primer gobierno obrero de la historia. Surgida tras la derrota de Francia en la guerra franco-prusiana, la insurrección comenzó cuando la población de la capital rechazó los intentos del gobierno de Adolphe Thiers de desarmar a la Guardia Nacional.
Durante 72 días, la Comuna impulsó reformas sociales y políticas de carácter progresista, incluyendo la separación de la Iglesia y el Estado, el control obrero de las fábricas abandonadas y la abolición del ejército permanente.
A lo largo de su breve existencia, la Comuna implementó medidas como la educación gratuita y la igualdad de salarios entre funcionarios y obreros, además de establecer un modelo de participación política directa con mandatos revocables.
Sin embargo, el movimiento fue cercado por los ejércitos de Prusia y las tropas versallesas, que pactaron para aplastar la Comuna. La clase obrera parisina fue violentamente masacrada por las tropas gubernamentales en la llamada “Semana Sangrienta” de mayo de 1871, en la que miles de comuneros, sus familias y sospechosos fueron ejecutados o deportados.
El legado de la Comuna de París sigue siendo un referente en la historia de los movimientos revolucionarios. Figuras como Karl Marx la analizaron como una primera experiencia de dictadura del proletariado, mientras que sus principios han inspirado a diversas luchas políticas a lo largo de los siglos XX y XXI. En la actualidad, su memoria sigue viva en homenajes y estudios históricos que reivindican su impacto en la historia contemporánea.