El Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos (HHS) confirmó este jueves que eliminará 10.000 empleos en diversas agencias de salud, como parte de una reestructuración que también reducirá el número de divisiones de 28 a 15 y las oficinas regionales de 10 a cinco.
Según el anuncio oficial del HHS, recogido por la CNN, esta “reorganización” permitirá ahorrar 1.800 millones de dólares anuales y centrará la labor de la agencia en “combatir las enfermedades crónicas mediante mejoras en la calidad del agua, la alimentación y la reducción de tóxicos ambientales”. “No solo estamos reduciendo la burocracia, estamos alineando la organización con nuestra misión principal”, afirmó el secretario del HHS, Robert F. Kennedy Jr.
Las agencias más afectadas incluyen la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), que perderá 3.500 empleados, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), con 2.400 despidos, y el Instituto Nacional de Salud (NIH), que recortará 1.200 puestos.
HHS aseguró que los servicios esenciales de Medicare y Medicaid “no se verán afectados”, aunque expertos en salud pública han manifestado lo contrario. Brian Castrucci, presidente de la fundación de salud pública de Beaumont, señaló ante la CNN que “reducir duplicaciones y mejorar la eficiencia es necesario, pero la pregunta es cuáles serán las consecuencias”.
Los despidos, sumados a la reducción de fondos a los departamentos de salud estatales y locales, podrían afectar la capacidad de respuesta ante emergencias sanitarias y el acceso a la atención médica para millones de personas.
Chiquita Brooks-LaSure, exadministradora de los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid, calificó la medida como un “golpe devastador” y alertó que “podría tener un impacto negativo en la salud pública”. Mientras tanto, sindicatos como la Federación Estadounidense de Empleados Gubernamentales han expresado su rechazo, argumentando que estos recortes “pondrán en riesgo la seguridad y el bienestar de la población”.