El futuro gobierno alemán, liderado por Friedrich Merz (CDU) y en negociación con el SPD, ha acordado presionar a la Unión Europea para que refuerce las sanciones contra Estados miembros que “vulneren el Estado de derecho”. Según un borrador del acuerdo de coalición al que ha tenido acceso POLITICO, el Ejecutivo aboga por “aplicar de manera más estricta mecanismos como la suspensión de fondos europeos y la retirada de derechos de voto en el Consejo de la UE”.
Aunque el documento no menciona a ningún país en particular, la propuesta apunta directamente a Hungría, cuyo gobierno, dirigido por Viktor Orban, ha sido señalado en varias ocasiones por la Comisión Europea y el Parlamento Europeo por “restricciones a la independencia judicial y la libertad de prensa”. Sin embargo, Polonia y Rumanía también han sido cuestionadas en este sentido durante los últimos años, pero la directiva apunta especialmente a los países que cuestionan las directivas de la OTAN y mantienen relaciones pacíficas con Rusia.
El texto también contempla promover un cambio en el sistema de votación del Consejo de la UE en materia de política exterior y de seguridad común. Actualmente, decisiones como la imposición de sanciones requieren unanimidad, lo que ha permitido a Hungría bloquear medidas contra Rusia. La coalición de Merz y el SPD quiere impulsar la “votación por mayoría cualificada” en estos asuntos para evitar vetos individuales, según el documento.
Esta postura se enmarca en un contexto en el que la Comisión Europea ha congelado y posteriormente liberado parte de los fondos destinados a Hungría debido a preocupaciones sobre “derechos fundamentales y corrupción”.
Además de las sanciones, la coalición alemana busca fortalecer su papel en la política europea a través del Triángulo de Weimar, un foro de cooperación entre Berlí, París y Varsovia. “En este marco, nos coordinaremos estrechamente en cuestiones relevantes de la política europea para actuar de manera más unida en beneficio de la UE”, señala el acuerdo.
La futura administración también quiere evitar que Alemania se abstenga en votaciones clave de la UE debido a desacuerdos internos entre ministerios, una práctica criticada en Bruselas. Aunque CDU y SPD coinciden en este punto, difieren en el mecanismo para solucionarlo: mientras los conservadores proponen otorgar más poder de decisión al canciller, desde el SPD defienden mantener el actual principio de resolución interministerial. Se espera que el acuerdo final de coalición se cierre a mediados de abril.