El pasado 28 de marzo, Groenlandia firmó un pacto de coalición histórico, conformado por los partidos Demokraatit, Inuit Ataqatigiit, Siumut y Atassut, tras las elecciones del 11 de marzo. Con 23 de los 31 escaños en el Parlamento (Inatsisartut), esta coalición garantiza una sólida mayoría.
La unidad de los partidos, que abarcan desde el independentismo gradual hasta la defensa de los lazos con Dinamarca, responde a un contexto internacional marcado por el renovado interés de Estados Unidos en Groenlandia, especialmente por su ubicación estratégica y recursos minerales en el Ártico. El gobierno, liderado por Jens-Frederik Nielsen, se enfrenta a la presión de Washington, cuyo vicepresidente, J.D. Vance, visitó la base militar de Pituffik en el mismo día de la presentación del ejecutivo.
El acuerdo de coalición establece tres ejes fundamentales: primero, una firme postura contra cualquier intento de anexión extranjera; segundo, la revisión del Estatuto de Autonomía de 2009, con miras a un proceso gradual hacia la independencia; y tercero, “la priorización de la cooperación internacional”, en especial con Dinamarca, para “equilibrar la defensa de la soberanía groenlandesa”.
A pesar de los avances, el partido Naleraq, que defiende la independencia inmediata, no participó en el pacto debido a sus diferencias ideológicas, sobre todo en lo que respecta a la velocidad de la independencia y la ambigüedad frente a las intenciones de Estados Unidos.
La coalición ha generado reacciones mixtas tanto dentro como fuera de Groenlandia. Mientras que la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, elogió el acuerdo, destacando “su democracia inclusiva”, algunos analistas advierten sobre la posible falta de cohesión del movimiento independentista a largo plazo.
A nivel internacional, Groenlandia se mantiene en el centro de la atención de actores como Estados Unidos, que ve la isla como “clave en la seguridad global”, mientras que el nuevo gobierno groenlandés busca equilibrar sus ambiciones de autonomía con la necesidad de estabilidad económica y política ante un contexto global incierto.