La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha lanzado una advertencia sobre la trayectoria de la deuda en el Estado Español: podría elevarse hasta el 129% del PIB en 2050 y escalar posteriormente hasta el 181% en 2070 si no se aplican suficientes “ajustes” presupuestarios.
Estas previsiones se basan fundamentalmente en el envejecimiento de la población, las futuras tensiones en pensiones e intereses y un mayor gasto militar, que el Gobierno español se ha comprometido a incrementar para cumplir con la Comisión Europea y la OTAN.
A este respecto, el organismo fiscal calcula que un aumento de 0,5 puntos del PIB en gasto militar entre 2025 y 2028 desencadenaría la necesidad de otro “ajuste fiscal adicional” de hasta 0,13 puntos entre 2029 y 2032, con el fin de mantener la deuda en una senda descendente. El objetivo oficial, según la AIReF, es rebajar la ratio hasta el 62% en 2050 y el 52% en 2070, siempre que se cumplan estrictamente las reglas fiscales europeas.
Este ajuste de 0,13 puntos responde al nuevo marco fiscal europeo, que faculta la adopción de planes de reducción de deuda en ciclos de cuatro años. Una vez aumentado el gasto militar —por ejemplo, en el citado periodo de 2025 a 2028—, el siguiente plan (2029-2032) tendría que compensar ese desembolso mediante recortes o subidas de ingresos equivalentes a esos 0,13 puntos del PIB.
Paralelamente, se ha constatado que el Ejecutivo ya financia alrededor de 1.400 millones de euros de gasto militar a través del Fondo de Contingencia, concebido para atender catástrofes naturales o crisis sanitarias. Según datos del propio organismo fiscal, uno de cada tres euros (33%) de este fondo se dedica de forma recurrente a misiones del Ejército en el exterior, lo que reduce el margen de maniobra ante posibles emergencias e incrementa el riesgo de un mayor endeudamiento.
El uso del Fondo de Contingencia para gastos militares habituales no requiere aprobación previa del Congreso y deja más espacio presupuestario en los ministerios. Sin embargo, la AIReF advierte de que esta práctica “limita la capacidad” del fondo para cubrir contingencias y puede llegar a tensionar el déficit. De producirse un desastre natural inesperado o una crisis sanitaria, el Gobierno español podría verse en serios aprietos, obligado a endeudarse más si la reserva está comprometida en partidas militares recurrentes.