El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, ha confirmado su decisión de participar en los actos del 9 de mayo en Moscú, conmemoración de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial, a pesar de las peticiones de la Unión Europea (UE) en contra.
Vucic expresó este miércoles, durante una rueda de prensa, que no cambiaría de opinión, asegurando: “No he cambiado de decisión, así se me caiga encima el cielo”. La UE había instado a los países miembros y candidatos a evitar este tipo de celebraciones, argumentando que “Rusia las usa para justificar su invasión de Ucrania”.
El presidente serbio destacó que Serbia enviará incluso una unidad del ejército al desfile de Moscú, subrayando el rol de Serbia en la lucha contra el fascismo en la Segunda Guerra Mundial. Además, Vucic reconoció que es consciente de que su viaje podría traer consigo sanciones, aunque no especificó de qué tipo ni quién las impondría. Serbia, que mantiene un proceso de adhesión a la UE, mantiene igualmente relaciones cercanas con Rusia, especialmente en el ámbito energético, lo que Vucic considera fundamental para abordar cuestiones de importancia estratégica con el gobierno ruso.
Fuentes de la UE, como la alta representante para Asuntos Exteriores, Kaja Kallas, han señalado que la participación de Serbia y otros países en estos actos podría afectar negativamente las relaciones con el bloque europeo. En este contexto, también se espera la presencia de otros dirigentes, como el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, y el líder de los serbios de Bosnia-Herzegovina, Milorad Dodik. Ambos han expresado su intención de acudir a Moscú para conmemorar el 9 de mayo, a pesar de las presiones internacionales.