El secretario de Estado de EEUU, Marco Rubio, afirmó este viernes desde París que si las negociaciones de paz entre Ucrania y Rusia no registran avances en cuestión de días, Washington se retirará del proceso. “Si no es posible poner fin a la guerra en Ucrania debemos avanzar”, declaró a CNN.
Estas declaraciones se producen en paralelo a las negociaciones sobre un acuerdo bilateral para la explotación de recursos minerales ucranianos, que Kiev y Washington buscan cerrar antes del 26 de abril. Según informó el Ministerio de Economía ucraniano, el primer ministro Denís Shmigal viajará la próxima semana a la capital estadounidense para reunirse con el secretario del Tesoro, Scott Bessent, y concluir las discusiones técnicas del acuerdo.
El memorando de intención, firmado el jueves y publicado este viernes, prevé la creación de un fondo de inversión para la reconstrucción de Ucrania y la explotación de sus recursos naturales. El viceministro de Economía de Ucrania, Taras Kachká, explicó que el texto incluye “decenas de páginas” y que varios puntos sensibles requerirán decisiones políticas.
La ministra ucraniana de Economía, Yulia Sviridenko, destacó en X que espera que “el fondo sirva para atraer inversiones y apoyar la modernización del país”. Aunque la versión inicial del acuerdo incluía condiciones como reconocer la ayuda militar estadounidense como deuda, fuentes ucranianas y estadounidenses citadas por EFE aseguran que esas cláusulas han sido suavizadas en la nueva propuesta. El pacto debe ser aprobado por la Rada Suprema ucraniana y el Congreso de EEUU.
Mientras tanto, la guerra continúa. El Kremlin declaró que hay “avances concretos” en el diálogo con EEUU, como la tregua parcial en ataques a infraestructuras energéticas, aunque reconoció que la moratoria ha expirado. En las últimas horas, Ucrania denunció ataques rusos en Járkov y Sumi, con al menos dos muertos y más de 80 heridos.
En este contexto, EEUU reafirma su apoyo a Kiev, pero insiste en la necesidad de resultados tangibles tanto en el frente militar como en el económico. El memorando también reconoce la renuncia de Ucrania a su arsenal nuclear en 1994 como “contribución a la seguridad internacional” y subraya que cualquier acuerdo debe ser compatible con los compromisos de Kiev con la Unión Europea y con sus acreedores internacionales. Las protestas contra el acuerdo minero en ambos países reflejan, no obstante, el escepticismo de parte de la población.