El Estado español diversifica sus mercados comerciales frente a la incertidumbre global

Madrid busca alternativas profundizando en sus relaciones dentro de la UE y abriéndose a nuevos mercados de África y Oceanía.

Imagen panorámica de un portacontenedores en el puerto de Barcelona (Catalunya).
Foto: N/D

El Estado español ha logrado mantenerse en una posición relativamente ventajosa en el escenario comercial global a pesar de la incertidumbre generada por las medidas arancelarias anunciadas por presidente de EEUU, Donald Trump.

Aunque no está completamente exento de los impactos derivados de la guerra comercial, su economía, basada en gran parte en los servicios y el turismo, presenta, aparentemente, “una menor dependencia directa de Estados Unidos” en comparación con otros países más expuestos, como México o Canadá. Según datos del Ministerio de Economía del Gobierno español, en 2024, las exportaciones a EEUU representaron solo el 4,9% del total, ocupando la sexta posición en el ranking de socios comerciales, por detrás del Estado francés y Alemania.

En términos de balanza comercial, el Estado español continúa con un déficit respecto a Washington, ya que las importaciones superaron a las exportaciones en 2024 por un monto de 40.275 millones de euros, con las principales importaciones provenientes de Alemania, China y el Estado francés.

No obstante, la diversificación de mercados ha sido clave. La Unión Europea sigue siendo el principal socio comercial de Madrid, representando una cifra de exportaciones de 237.694 millones de euros en 2024, mientras que África y Oceanía han experimentado un crecimiento notable. Las exportaciones a África alcanzaron los 21.140 millones de euros, un incremento de más de mil millones con respecto al año anterior, y las ventas a Oceanía subieron un 15% en términos anuales, alcanzando los 2.497 millones de euros.

En este contexto, expertos citados por El País indican que la reconfiguración de alianzas comerciales será un factor clave en la incertidumbre geopolítica y comercial global. Algunos análisis sugieren que estas nuevas dinámicas podrían ser “una oportunidad” para que el Estado español explore y amplíe su presencia en mercados no tradicionales, como África y Oceanía, los cuales muestran un prometedor crecimiento. Otros puntos de vista argumentan que la estructura productiva del Estado español no es lo suficientemente vigorosa como para convertirse en una potencia exportadora significativa.