El ministro de Seguridad de Burkina Faso, Mahamadou Sana, anunció en una comparecencia en la televisión estatal RTB la desarticulación de un “gran complot” cuyo objetivo era “sembrar el caos total” y “poner el país bajo tutela de una organización internacional”.
Según Sana, los “cerebros” del plan operaban desde un “centro de operaciones en Abiyán”, en Costa de Marfil. En este contexto, las autoridades han detenido a varios altos cargos militares, entre ellos Bari Abdrahman, acusado de “deserción” y de entregar información militar sensible a grupos armados. Sana aseguró que “otras personas implicadas están siendo buscadas” y que las operaciones de vigilancia continúan.
Burkina Faso ha reiterado sus acusaciones contra Costa de Marfil por acoger a opositores y presuntos responsables de intentonas golpistas. En junio de 2025, la junta militar liderada por Ibrahim Traoré afirmó que el país vecino se ha convertido en “la retaguardia de los que intentan desestabilizar” la situación en Burkina Faso.
La denuncia se enmarca en un contexto de tensiones con el Frente para la Defensa de la República (FDR), organización civil creada en abril de 2024 y señalada por Uagadugú de participar en supuestos planes de desestabilización. Traoré declaró en abril de 2024 que Costa de Marfil alberga “elementos desestabilizadores” que operan contra el gobierno burkinés.
Desde el golpe de Estado de enero de 2022 que derrocó al entonces presidente electo Roch Marc Christian Kaboré, Burkina Faso es gobernado por el Movimiento Patriótico de Salvación y Restauración (MPSR). Tras un segundo golpe interno, Ibrahim Traoré asumió la presidencia. Bajo su liderazgo, el país ha tomado distancia de París y se ha acercado a Rusia, generando tensiones diplomáticas.
Además, junto a Malí y Níger, Burkina Faso ha creado la Alianza de Estados del Sahel (AES) tras abandonar la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) liderado por Nigeria, a la que acusan de “injerencia” en sus asuntos internos.