La República Popular China ha presentado un plan de acción para promover el uso del yuan en el comercio internacional y potenciar su sistema de pagos alternativo al SWIFT, como parte de sus esfuerzos por reducir la dependencia del sistema financiero global basado en el dólar.
Según informó el South China Morning Post el 22 de abril, la iniciativa ha sido lanzada conjuntamente por el gobierno municipal de Shanghái, el Banco Popular de China y organismos financieros nacionales. El objetivo es aprovechar el estatus de Shanghái como centro financiero internacional para fortalecer la red del sistema CIPS (Cross-Border Interbank Payment System) y ampliar su alcance global.
El documento oficial señala que Shanghái “mejorará la funcionalidad” del CIPS y facilitará su adopción en países del Sur Global, al tiempo que proporcionará mayor respaldo financiero a las empresas chinas que operan en el exterior.
Asimismo, el plan está alineado con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, promoviendo un entorno comercial “más seguro, conveniente y eficiente” para actores públicos y privados, según el comunicado difundido por las autoridades locales.
El fortalecimiento del yuan y de sistemas financieros alternativos gana relevancia en el contexto de la creciente disputa comercial entre China y Estados Unidos. El South China Morning Post informó que Washington ha presionado a más de 70 países para limitar sus lazos comerciales con Pekín a cambio de exenciones arancelarias. En este escenario, la ampliación del uso del yuan permitiría a China mitigar riesgos derivados de posibles restricciones estadounidenses al acceso al sistema financiero basado en el dólar.
La implementación del plan a través de la zona económica especial de Shanghái introduce un mecanismo de contención financiera. Al concentrar las medidas de apertura en un área delimitada, las autoridades de Pekín buscan mantener el control sobre su política monetaria y limitar la exposición del sistema financiero nacional ante posibles ataques especulativos.