La aviación india desplegada en la frontera con Pakistán ha sido puesta en alerta máxima, según revelan altos mandos anónimos entrevistados por The Times of India, en el contexto de la crisis diplomática y militar desatada tras el ataque ocurrido en Pahalgam, Cachemira, que dejó 26 muertos el 22 de abril.
Esta medida se enmarca en una serie de acciones recíprocas entre ambos países, que incluyen el cierre total del espacio aéreo indio a aeronaves pakistaníes desde el 30 de abril hasta el 23 de mayo, y el cierre parcial del espacio aéreo en Karachi y Lahore por parte de Pakistán, restringido en horarios específicos hasta el 31 de mayo, según fuentes de la Autoridad de Aviación Civil paquistaní y reportes de EFE.
El ministro de Información de Pakistán, Attaullah Tarar, afirmó disponer de “información creíble de inteligencia” sobre un posible ataque militar inminente por parte de India, lo que ha llevado a Islamabad a declarar el estado de alerta máxima y a realizar ejercicios de emergencia en zonas fronterizas, especialmente en Cachemira.
Por su parte, el ministro de Defensa paquistaní, Khawaja Asif, reconoció la “posibilidad de una incursión militar” india, mientras que el Ejército paquistaní reportó el derribo de un dron indio que intentaba violar su espacio aéreo a lo largo de la Línea de Control, frontera de facto en Cachemira.
La escalada incluye además la suspensión mutua de visas, cierre de puestos fronterizos, expulsión de diplomáticos y la suspensión de acuerdos bilaterales como el Tratado de Aguas del Indo y el Acuerdo de Shimla.
Ambas partes mantienen escaramuzas con intercambios de fuego de armas ligeras en la frontera y han advertido de “respuestas contundentes” en caso de nuevas provocaciones. Estas medidas muestran un deterioro significativo en las relaciones entre dos potencias nucleares, con un riesgo creciente de confrontación directa, según reportes de agencias internacionales y medios especializados.