El BCE destaca que la inmigración ha sido clave para la economía desde 2019

Según un informe del Banco Central Europeo, el aumento de la población extranjera explica la mayor parte del incremento de la fuerza de trabajo disponible en el Estado español.

Imagen de archivo de un obrero de la construcción.
Foto: Ivan Henao/Unsplash

El Banco Central Europeo (BCE) ha publicado esta semana un informe en el que subraya que la inmigración ha sido el principal motor del crecimiento del PIB en el Estado español desde 2019, especialmente tras la pandemia. Según los datos recogidos por el centro de análisis Funcas y recogidas por eldiario.es, la inmigración ha aportado el 84% del crecimiento de la población del Estado español desde 2022.

En los últimos dos años, el Estado español ha sumado 1,5 millones de habitantes, de los cuales 1,2 millones son extranjeros, la mayoría incorporados al mercado laboral, lo que ha permitido “ampliar la oferta de trabajadores, aliviar la escasez de mano de obra e impulsar el crecimiento económico”, según recoge el informe del BCE.

El análisis, liderado por Óscar Arce, director general de Economía del BCE, descompone el crecimiento del PIB en factores como la productividad laboral, la tasa de empleo y el aumento de la población en edad de trabajar. El informe concluye que “el aumento de las tasas de empleo de los trabajadores extranjeros, junto con el incremento de la migración, ha impulsado significativamente el PIB real”.

En el Estado español, la población extranjera ha pasado del 11,6% al 13,8% del total desde 2019, y su contribución a la economía supera la de otros grandes países de la eurozona. El estudio de Fedea, citado por eldiario.es, señala que “esta expansión del mercado laboral sería inviable sin la incorporación de un elevado volumen de mano de obra inmigrante”.

El BCE y Fedea destacan que la mayoría de los nuevos trabajadores extranjeros se emplean en sectores con alta demanda de mano de obra, como la agricultura, la construcción, la hostelería y los servicios domésticos.

Además, el estudio apunta a que nivel educativo de los inmigrantes ha mejorado, y aunque sigue existiendo una mayor probabilidad de contratos temporales y sobrecualificación, “la tasa de desempleo de los trabajadores extranjeros ha disminuido desde la pandemia de COVID-19”.

Los expertos del BCE concluyen que “el crecimiento habría sido mucho más lento sin la presencia de trabajadores extranjeros”, y que “su aportación es especialmente relevante en un contexto de envejecimiento de la población y pérdida de trabajadores nacionales por jubilación”.