Durante una reunión oficial en la Casa Blanca este miércoles 21 de mayo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confrontó al mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa, con afirmaciones sin fundamento sobre supuestos “asesinatos sistemáticos” de ciudadanos blancos y “expropiaciones forzadas de tierras” en Sudáfrica.
“La gente está huyendo de Sudáfrica por su propia seguridad. Su tierra está siendo confiscada y, en muchos casos, están siendo asesinados”, declaró Trump, según recoge Reuters.
En el encuentro, Trump proyectó un video con cruces blancas y discursos políticos que calificó como “pruebas” del presunto “genocidio”, aunque el material ha sido desmentido anteriormente por los medios públicos sudafricanos.
Ramaphosa niega las acusaciones señalando que, de existir un genocidio, “estos tres caballeros no estarían aquí”, en referencia a los sudafricanos blancos que integraban su delegación, incluidos los golfistas Ernie Els y Retief Goosen, y el empresario Johann Rupert.
El presidente sudafricano subraya que el país sufre altos niveles de criminalidad generalizada, con la mayoría de las víctimas siendo negras. Según datos oficiales de la policía sudafricana citados por Reuters, en 2024 se registraron 26.232 homicidios, de los cuales 44 estuvieron vinculados a comunidades rurales, incluyendo 8 agricultores.
Trump no presentó evidencia verificable y sostiene sus afirmaciones mostrando recortes de prensa impresos, mientras aseguraba que “tenemos miles de historias y documentales”.
Sudáfrica ha reiterado que no existe ninguna campaña contra los afrikaners ni expropiaciones sin compensación en curso.
“No hay genocidio en Sudáfrica”, afirmó Ramaphosa al cierre del encuentro, y reiteró que la nueva legislación sobre reforma agraria permite expropiaciones solo en casos de “interés público” y bajo control judicial.
La reunión, que pretendía centrarse en comercio y cooperación energética, se vio desviada por las acusaciones del mandatario estadounidense, que han sido ampliamente promovidas por sectores de extrema derecha y por el empresario Elon Musk, también presente en la sala y descendiente de colonos blancos, según confirma Reuters.