Siria entrega el puerto de Tartus a una empresa de Dubai y pone fin a la gestión rusa

El nuevo gobierno sirio firma un acuerdo de 800 millones de dólares con la emiratí DP World para transformar Tartus en un gran centro logístico, tras anular el contrato con Rusia y beneficiarse del levantamiento de sanciones de EEUU.

Imagen de archivo satelital de buques rusos en el puerto de Tartus (Siria).
Foto: vía zdf.de

El puerto de Tartus, la segunda mayor terminal marítima de Siria y hasta ahora sede de la principal base naval rusa en el Mediterráneo, cambiará radicalmente de manos y da rumbo tras la caída de Bashar al Assad.

El nuevo gobierno sirio, conformado por una coalición de salafistas y pro-turcos liderada Muhammad Al-Jolani, exdirigente de la filial siria de Al Qaeda, ha firmado un memorando de entendimiento con DP World, el gigante logístico de Dubai, para invertir 800 millones de dólares en “la modernización, gestión y operación de un nuevo terminal multipropósito en Tartus”, según confirman la agencia oficial SANA y medios internacionales.

El acuerdo implica también la creación de zonas industriales y francas, así como centros logísticos y de tránsito en todo el país, en un intento de relanzar la economía siria tras años de conflicto y asegurar el control marítimo del Levante mediterráneo.

La decisión llega poco después de que Estados Unidos, bajo la presidencia de Donald Trump, anunciara el levantamiento de las sanciones contra Siria, tras consultas con Arabia Saudí y Turquía, lo que ha abierto la puerta a nuevas inversiones extranjeras.

Hasta enero de 2025, el puerto de Tartus estaba gestionado por la empresa rusa STG Engineering, en virtud de un contrato de 49 años firmado en 2019 durante el mandato de Assad, que contemplaba inversiones superiores a 500 millones de dólares y garantizaba la presencia naval rusa en la zona.

Sin embargo, tras la caída del anterior régimen y la llegada al poder de los salafistas herederos de Al Qaeda, el acuerdo fue rescindido y la administración siria asumió el control directo del puerto, dejando en el aire el futuro de las bases militares rusas en Tartus y Khmeimim.

La entrada de DP World, uno de los mayores operadores portuarios del mundo, marca un giro estratégico para Siria, que busca posicionar Tartus como un eje clave para el comercio regional e internacional.

El acuerdo también se produce en paralelo a la firma de un contrato de 30 años con la francesa CMA CGM para el desarrollo del puerto de Latakia, en el marco de una política de apertura a grandes inversores occidentales.

El levantamiento de sanciones estadounidenses y la llegada de capital extranjero suponen un respiro para la economía siria y el nuevo Gobierno, aunque el futuro de la presencia rusa en la región y la estabilidad de los nuevos acuerdos seguirán siendo objeto de atención diplomática y geopolítica.

Mientras tanto, Rusia ha estudiado sus opciones, negociando la apertura de una nueva base naval en Sudán.